Liz Saldaña
@liz_saldaa
Sara Castro es payasa, y no solo porque es indiscutiblemente graciosa. Lo es de profesión, oficio y corazón.
Su lenguaje es el amor lúdico, las sonrisas y las buenas vibraciones. Descubrió hace doce años que su mundo era el de los payasos, y hoy es una de ellos. Lo que la diferencia es su mensaje de amor, esperanza y positivismo, el cual entrega desde hace cinco años a través de la ONG Payasos de Emergencia-Clown humanitario.
“Soy comunicadora social y productora de eventos. El 2005 me encontré con el mundo del clown y me conquistó. Luego de prepararme como payaso, salí a experimentar al mundo, y en el 2010 empecé a dictar mis primeros talleres”. explica.
La ‘Doctora Sarota’, como es conocida, antes de transformar su vida y la de otros con amor y sonrisas, pasó por duros obstáculos. “Me fue fatal”, recuerda. Perdió su productora y se vio con las manos vacías, pero encontró un nuevo camino: ser clown. “A raíz del obstáculo que pasé, descubrí que a través del clown también se puede llegar a afrontar los problemas pero con una nueva actitud”. Entonces, logró curarse y resurgir con el clown. ¿Cómo no compartir la sanación con los demás? “Con el clown el tema espiritual llegó a mí, y me formé en distintas instituciones y disciplinas alternativas como el reiki, la lectura del aura, y ahora voy a ingresar a una organización para sacar el título de sanadora integral”.
Uno de los objetivos de Sara es cambiar la imagen del payaso y que renazca como un oficio respetado porque nos recuerda que los payasos son seres de amor, que desarrollan una formación humanitaria. En especial desde su ONG, que la ha llevado a visitar asilos, asentamientos humanos, cárceles, poblaciones en vulnerabilidad y situaciones de riesgo.
“Hacemos intervenciones, o ‘clowneos’ que son cuando entran los payasos y transforman el ambiente. El amor y la alegría del clown tienen una alta vibración. Nosotros entramos a esos lugares donde están un poco bajos de energía porque hay dolor o sufrimiento. Enseñamos la magia de saber vivir con una sonrisa a pesar de todo”, expresa Sara.
Ella confiesa que su payaso interno la ha ayudado a librar con humor los prejuicios que viven muchas mujeres en las calles. “Si en la calle me dicen ‘oye linda’ con tonos raros, el clown sabe afrontarlo. Una vez me gritaron: ‘¡Gordita linda!’, y yo contesté: ‘¡Hola flaquito precioso!’, y se acabó”, ríe.
La ‘Doctora Sarota’ recuerda a las mujeres que se conecten con su corazón y que “a partir de ese lugarcito emprendan un viaje enorme para realizar sus sueños, y dejar atrás lo que ya no sirve o no queremos más en nuestras vidas. ¡Con una actitud positiva todo se puede!”.
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