Esteban Acuña
@estebanbigotes
Además de la inseguridad ciudadana y el caótico tránsito vehicular, la contaminación ambiental en el Perú es otro gran problema que requiere de atención urgente. Pero la falta de consciencia sobre el correcto uso y desecho de residuos de parte de nosotos —los ciudadanos— ha agravado aún más este problema.
San Miguel Industrias —empresa que abastece de envases y botellas plásticas a cerca del 85% del mercado peruano de bebidas y contenidos líquidos— señala que de las 23 mil toneladas diarias de desechos que se generan en el Perú, el 45% representa a Lima. (También puedes ver estos datos en el reciente informe de Lima Cómo Vamos).
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Refieren los datos del Sistema de Información Ambiental (Sinia) que establecen que la basura diaria que producen los limeños es de 8,468 toneladas en total (0.8 kilogramos de basura por cada uno), lo que equivale a llenar todo el Estadio Nacional con basura.
Mariana Alegre, especialista en Derecho Urbano y coordinadora general del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos, establece que existen tres tipos de basura: la domiciliaria, que sale de casa; la industrial, que sale de grandes fábricas, y una tercera, de menor escala, que se produce, por ejemplo, en restaurantes.
El objetivo, explica la experta, no consiste solo en lograr que haya un mejor control de la basura, sino sobre todo en buscar modos de reducir la generación de desperdicios.
Para ello, sostiene Alegre “se pueden establecer pautas de conducta de las personas”, desde cambiar las bolsas plásticas a bolsas de tela para comprar el pan, por ejemplo, hasta medidas más ambiciosas como las que se establecen en Alemania, donde existen incentivos para reciclar. “Mientras más basura generas, más caro será tu recibo, allá te cobran por kilo de basura que generas y no reciclas”.
Sin ir más lejos, en Colombia acaban de aprobar una norma que cobrará por el uso de bolsas plásticas: “La gente no lo va a hacer por beneficio ambiental, lo va a hacer por beneficio económico”.
¿Cuál es el destino de la basura que producimos?
En Lima, de acuerdo a los datos suministrados por San Miguel Industrias, el 80% de la basura es arrojado en los cuatro rellenos sanitarios autorizados que existen en la ciudad, mientras que el 20% restante va a los basurales (informales) en las afueras de la capital y a los ríos que desembocan en el mar.
“Esto es pésimo”, señala Mariana Alegre. Y para dimensionar lo lejos que estamos de aplicar medidas eficientes para la gestión de residuos, explica que mientras el Perú está en camino de promover y formalizar los rellenos sanitarios, en Alemania están aplicando la política ‘relleno sanitario cero’.
“Ellos están en la generación del uso de biogás a través de la quema de la basura”, explica la experta, convencida de lo importante que es seguir el ejemplo de los países desarrollados.
El rol municipal
De acuerdo a la Ley General de Residuos Sólidos, las comunas están comprometidas a gestionar y manejar los residuos sólidos, sanitarios y ambientalmente adecuados. Sin embargo, en Lima, todos los municipios tercerizan el servicio a alguna de las 457 empresas acreditadas por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
Respecto a esta situación, Mariana Alegre, de Lima Cómo Vamos, afirma que esto varía mucho entre un distrito y otro.
“Cada distrito tiene un contrato con una entidad de recojo de basura distinta. Los distritos grandes tienen contrato con grandes empresas, los distritos chicos tienen contrato con empresas X. Pero, ¿quién supervisa los estándares de calidad?”, se pregunta.
San Miguel Industrias aporta otro dato más para ampliar esta discusión: en Lima, el 70% de los vecinos no paga por el servicio de recojo de basura, y hay altas tendencias de morosidad en el pago de tributos. “Esto explicaría la poca inversión que hacen los municipios en segregar los residuos sólidos”, explican.
El cambio empieza por uno
La especialista agrega que para reducir los problemas que implica la contaminación ambiental es necesario generar un cambio de comportamiento de parte de la ciudadanía. Y el cambio parte muchas veces por empezar a cuestionar prácticas cotidianas que parten en casa.
“En nuestro país creemos que el recojo eficiente de basura es el recojo diario, y eso no está bien —sostiene Alegre. Que te recojan la basura todos los días en la puerta de tu casa es un lujo y un privilegio que lo creemos como derecho. Y eso es carísimo, en otros países la basura se bota en puntos de acopio”.
Para gestionar de manera inclusiva los procesos de disposición final de la basura —explica— es muy importante incluir a los recicladores informales en este proceso y de manera organizada.
“Esto es algo que han hecho algunos municipios como Miraflores y San Borja”, sostiene. La organización Ciudad Saludable ha brindado un apoyo fundamental en este punto, capacitando a numerosos trabajadores informales.
¿Y qué está haciendo el gobierno? Desde el Ministerio del Ambiente, mediante el programa Perú Limpio, se está realizando una fuerte campaña para impulsar políticas públicas sobre el mejoramiento de la gestión de residuos. (Dicho sea de paso, el gobierno peruano se comprometió a reducir sus emisiones de carbono en 30% de los proyectado al año 2030).
El cambio no parece estar cerca, pero el camino que nos queda seguir la toma de consciencia de una situación que nos compromete a todos por igual. Acciones cotidianas, como hacer un esfuerzo desde casa por producir menos basura, pueden ser el comienzo. Es hora de cambiar nuestro trato con la basura por uno más acorde a los tiempos que corren.
DATOS
- Según datos de la ONG Ciudad Saludable, el 55% de los residuos sólidos es materia orgánica, y el 29% es aprovechable (papel, cartón, plástico), etc. Sin embargo, en muchísimos casos, ese material aprovechable termina en el mar, contaminando.
- De acuerdo al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, se estima que existen más de 108 mil familias recicladoras en el Perú, las cuales están establecidas en distintas organizaciones en la ciudad.
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