“Cuando sufrí un infarto cardiaco, hace 3 años, no sabía por qué había ocurrido. Me consideraba sano, pues era delgado y jugaba fulbito los fines de semana. Eso sí, trabajaba mucho, casi 12 horas al día, y entre las comidas solía tomar gaseosa y comer hamburguesas. Siempre escuché que había que tener hábitos sanos, pero nunca pensé que me lo decían a mí. Casi muero, pero hoy mi vida ha cambiado”.
Ese es el testimonio de Ramiro, un joven profesional que a los 43 años sufrió un infarto al miocardio. Así como Ramiro, unas 2 mil personas llegan cada año a las diversas emergencias de los hospitales y clínicas del país afectadas por un evento cardiaco. Sin embargo, se calcula que hay otras 2 mil personas que no llegan a tiempo y mueren antes de recibir atención médica.
“Actualmente el principal factor que causa los infartos al corazón es la hipertensión arterial, sobre todo porque uno de cada cuatro peruanos es hipertenso. Otros factores de riesgo tradicionales son el colesterol, el tabaco, la diabetes y la obesidad.
Empero, el estrés y el sedentarismo son otros 2 factores que crecen y aumentan el riesgo de que una persona joven pueda sufrir un infarto”, dijo José Manuel Sosa, presidente de la Sociedad Peruana de Cardiología.
ESTRÉS PERJUDICIAL
El médico reveló que en las consultas están aumentando los casos de adultos jóvenes cuya hipertensión arterial se descompensa por el estrés.
“Muchas veces es estrés laboral, porque a su alrededor despiden gente y le recargan el trabajo o porque el despedido es él; otras veces se trata de problemas familiares. Está comprobado que la mayoría de las personas que sufrieron infartos tiene antecedentes de estrés e insomnio en los meses previos a la emergencia”, indicó.
Félix Medina, cardiólogo de la Clínica Internacional, explicó que una situación de estrés permanente libera en la persona una sustancia en la sangre llamada catecolamina. “Esa sustancia hace que el corazón marche en forma muy acelerada; el corazón corretea tanto que puede hacer que la grasa que se forma en las arterias se desgarre y ocasione un infarto cardiaco”, precisó.
Además, indicó que la catecolamina hace que los vasos sanguíneos se contraigan. “Al contraerse, no llega sangre al corazón y por lo tanto se produce un infarto”, manifestó.
Medina agregó que un estudio hecho en el 2007 sobre por qué sufre infarto la población de Latinoamérica reveló que el estrés y la depresión eran factores muy importantes. “A veces se menosprecia mucho y en las consultas no se le pregunta al paciente por su estado emocional, pero es un factor que se debe tomar muy en cuenta”, aseveró.
EL PANORAMA CAMBIA
Según el II Registro Nacional de Infarto Miocárdico Agudo (Renima), del año 2011, el 70% de casos de infarto cardiaco en el Perú se presentaba entonces en la población mayor de 60 años. Sin embargo, en el III Renima del año 2014 –aún está en proceso– las tendencias habrían cambiado, pues ahora la población adulta joven estaría más expuesta a sufrir un infarto cardíaco.
“Clásicamente la población mayor de 50 años era la que estaba en riesgo de sufrir un infarto, pero ahora vemos que gente más joven, de 40 años y en algunos casos hasta de 30, ya tiene problemas de tipo coronario. Esto está aumentando por las conductas poco saludables y factores sociales, como la insatisfacción y el desempleo”, dijo Medina.
Agregó que, aunque no hay estadísticas exactas sobre infartos al corazón, se sabe que en los hospitales del país se producen entre 4 y 5 casos por semana, es decir unos 200 por mes. “Del total de casos, el 90% se debe a factores de riesgo y solo un 10% por razones genéticas”, sostuvo Medina.
Aunque entre la población económicamente activa sufren infarto más los hombres que las mujeres –ya que están protegidas de las enfermedades cardiovasculares mientras dure su periodo reproductivo– la situación cambia con la edad, pues después de los 60 años la mujer es la que más sufre este mal.
ALERTA TEMPRANA
Ante ello, el cardiólogo Bristan Maraza, jefe de Cardiología de Solidaridad Salud y del portal Salud en Casa, indicó que la persona debe estar alerta si se cansa muy rápido al caminar, siente una opresión en el pecho y tiene la sensación de falta de aire, pues lo más probable es que una arteria esté obstruida y es mejor acudir a un control médico.
Pero si la persona siente un dolor muy fuerte en el pecho y en el brazo izquierdo, acompañado de sudoración fría y falta de aire, probablemente ya se trata de un infarto y debe acudir a emergencia.
“Si no tiene posibilidad de acudir rápidamente a la emergencia, puede tomar una aspirina de 100 miligramos, pues esta evita que se forme un coágulo en la arteria coronaria. Sin embargo, no se puede esperar mucho, pues mientras más tiempo pasa, más fatal es el pronóstico”, dijo.
Maraza señaló que para evitar un infarto lo mejor es mantener una dieta sana, hacer actividad física tres veces por semana y no fumar.
SABÍA QUE
- Un infarto es diferente a un paro cardíaco. En un infarto las arterías que irrigan sangre al corazón y lo mantienen con vida se tapan porque dentro se forman coágulos, ya sea por la grasa acumulada o por otros factores. El corazón, al no recibir sangre, muere.
- Un paro cardiaco es un desenlace que todo paciente puede tener por una enfermedad, un traumatismo u otros factores. Muchas enfermedades pueden causar un paro cardiaco. Un infarto también puede causar un paro.
- Los infartos al miocardio son más frecuentes en la madrugada o en las primeras horas de la mañana, ya que en ese tiempo hay aumento de algunas hormonas y la presión arterial.
Por Mariella Sausa (msausa@peru21.com)
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