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Minería ilegal pone en riesgo la vida de un millón de limeños

Perú21 halló planta de procesamiento de oro que utiliza sustancias químicas como cianuro y mercurio que contaminan el río Rímac.

Quimbalete, pozas y relaves. Esta imagen fue tomada muy cerca a Lima. La minería ilegal ya toca las puertas de la capital. (Martín Pauca)
Quimbalete, pozas y relaves. Esta imagen fue tomada muy cerca a Lima. La minería ilegal ya toca las puertas de la capital. (Martín Pauca)

CARLOS CASTILLO
ccastillo@peru21.com

Si pensaron que el problema de la minería ilegal era un asunto de zonas alejadas, como Madre de Dios o Puno, se equivocaron. Muy cerca a Lima, en las zonas altas de Chosica y del distrito de Ricardo Palma, provincia de Huarochirí, a una hora de viaje en automóvil desde el centro de la capital, se respira el aire contaminado por el uso inadecuado de productos químicos, como cianuro y mercurio, por parte de mineros ilegales que amenaza convertirse en un gran problema y llegar hasta las costas con las consecuencias sanitarias que esto genera.

Perú21 llegó hasta el asentamiento humano ‘9 de octubre’, del distrito de Ricardo Palma, una zona afectada por deslizamientos propios de la temporada de lluvias en la sierra central y lo que encontramos es una situación de alarma que debe llamar la atención de las autoridades: La extracción de oro sin control alguno y la consecuente amenaza para la salud de casi un millón de personas que viven en las riberas del río Rímac.

Unos 200 metros más arriba del referido centro poblado se halla un campamento artesanal y clandestino para el procesamiento del mineral, con pozas, quimbalete (molino) para amalgamar el oro con el mercurio, una pila de cianuración y relaves de tierra cianurada que acumulados no solo hacen que sus partículas se esparzan por los aires sino que esperan un huaico que los traslade al río Rímac.

Se trata de operaciones ilegales de un grupo de pobladores que hace algunos años encontraron oro entre las piedras de la montaña, las cuales trasladan en latas grandes –esas en las que se vende aceite al por mayor– hacia el campamento instalado en la misma quebrada. Ahí procesan el orocon cianuro y mercurio para separarlo de la piedra.

DE ESO VIVEN
Como se aprecia en las fotografías, los trabajadores manipulan los productos químicos sin ningún tipo de protección. El campamento se encuentra protegido y solo los trabajadores pueden acceder a su interior. El suelo de color naranja es una señal inequívoca de las grandes cantidades de tierra cianurada.

Un poco más abajo, los pobladores observan, con rostros de preocupación, la presencia de periodistas. Solo ven a los hombres de prensa en tiempos de huaicos. Es muy difícil hablar con ellos sobre la práctica ilegal de la minería. Hay un código de silencio motivado porque muchos de los pobladores suben a la montaña y, a veces, tras días de búsqueda, solo bajan con una lata de piedras que contiene poco oro.

Tienen temor de identificarse, solo nos señalan que el oro es su único modo de subsistir. No le prestan mayor importancia a la contaminación ni al hecho que sus hijos ya pueden estar sufriendo problemas de salud por estar expuestos en zonas de manejo descontrolado de sustancias químicas.

Revelan que joyeros de Lima llegan hasta ellos para pagarles hasta 70 soles por gramo del metal, a pesar de que en el mercado internacional el precio es más del doble. Este oro no tiene registro e ingresa al mercado negro.

“No hay mucho oro”, nos comentó una pobladora. Otra nos indica que su esposo ya lleva varios días y no regresa. “Somos una asociación”, nos revelan sin responder ante qué organismo se han registrado.

GRAN AMENAZA
El economista y experto en temas mineros Miguel Santillana –quien colaboró con esta investigación– advirtió sobre los graves riesgos por los desechos químicos que, intencionadamente, se colocan por la ruta de los huaicos para que desemboquen en el río.

“Unas estadísticas para darnos cuenta del fracaso de la política del gobierno: en el año 2011 se importaba menos de US$10 millones en mercurio y hasta noviembre de 2013 se ha superaron los US$ 14 millones. En cuanto a cianuro de sodio, se importaba US$73 millones en el 2011 y la cifra a noviembre ha llegado a casi US$110 millones”, anotó.

Agregó que toda esta mercadería ingresa al país por el puerto del Callao y lo distribuye a nivel nacional empresas como Quimtia, Mercantil, Orica, Sigma Andina, Cusa, Triveño, Qhuya, Galman e Inam. “¿Alguien fiscaliza a quién le venden? ¿Son terceros civilmente responsables por el veneno que venden?”, remarcó.

Santillana dijo que la consecuencia es que centenares de miles de pobladores de las riberas del río Rímac, desde Chosica hasta Lima, se exponen al riesgo de estas aguas cuyo nivel de contaminación se incrementa con la presencia del cianuro y del mercurio. Incluso, la planta de tratamiento de la Atarjea podría ser afectada, como también lo sostiene el exministro de Energía y Minas de este gobierno, Carlos Herrera Descalzi.

Si bien –a diferencia de otras zonas ribereñas donde opera la minería ilegal– en el Rímac no hay peces que se puedan intoxicar y sean consumidos por la gente, estas aguas sí son utilizadas por los pobladores de las riberas.
“De llegar a La Atarjea, todos, los nueve millones de limeños estaremos expuestos a la contaminación”, advirtió.

“NO LO CONOCÍAMOS”
Herrera Descalzi se mostró sorprendido por la estas operaciones mineras cerca a Lima y dijo que las desconocía.

“Me sorprende y me preocupa por la contaminación que puede venir porque eso va a terminar en el (río) Rímac. Si lo hubiésemos sabido, habríamos intervenido”,puntualizó.

Herrera explicó que los relaves son colocados de manera tal que la crecida de los ríos o, en este caso, los deslizamiento de tierra y lodo de los cerros se los lleve al río.

Agregó que en el caso de los huaicos, el material contaminado va quedando en el camino y no todo llegará al río. Esto –dijo– contamina las zonas y poblaciones a su paso.

“No sé si la gente es consciente de lo que hace, pero lo hace. La población no ha entendido o no ha querido entender las graves consecuenciasde esto”, enfatizó.

Fuentes del Ministerio de Energía y Minas informaron a este diario que investigarán esta denuncia y, de confirmarse que se trata de operaciones ilegales, se tomarán acciones.

El alto comisionado para la interdicción de mineros ilegales, Daniel Urresti, reveló que ya está levantando información y que cuentan con las fotografías satelitales.

Por su parte, las ONG ambientalistas y antimineras tampoco conocían de estas operaciones ilegales.

Grufides solo atiende la problemática de Cajamarca, Oxfam-Perú no contestó la llamada y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) reconoció que no tenían registro pero evaluarán estas operaciones contaminantes.

DATOS

- Algunos informes de salud pública destacan que la inhalación de vapores de mercurio puede provocar, en la persona, desórdenes neurológicos y de comportamiento, tales como inestabilidad emocional, insomnio, pérdida de memoria, cambios neuromusculares y dolores de cabeza.

- El mercurio también puede dañar los riñones y la tiroides. Incluso, se han registrado fallecimientos debidos a altas exposiciones.

- La contaminación por cianuro se produce cuando al descomponerse se emiten gases altamente tóxicos como cianuro de hidrógeno y monóxido de carbono y estos ingresan por vía respiratoria y por contacto con la piel.

- Un cuadro de contaminación por cianuro presente tres fases: la primera se da con vómitos y mareos, la segunda es de confusión mental e hipertensión arterial y la tercera puede conllevar al estado de coma y a la muerte.


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