Mariella Sausa
El maltrato a los niños en el Perú no cesa. Esta semana causó conmoción el caso de un niño puneño de 8 años que fue salvajemente torturado por su propio padre. En el frío clima del altiplano, Marco Encinas Quispe desnudó a su pequeño hijo y lo ató de pies y manos en la calle, para bañarlo con chorros de agua helada y golpearlo en el piso. El agresor incluso usó una soguilla para amarrar la boca del pequeño a fin de que nadie escuche sus gritos. Felizmente un tío del menor se percató del hecho y decidió grabar la salvaje golpiza. La excusa del desalmado padre fue que su hijo lo hizo renegar. Y lo más sorprendente es que la madre del niño, Marisol Quispe Anquise, apoyó la violencia del progenitor.
Este no es un caso aislado. Sucede todos los días en el Perú. Esta semana, un niño de seis años que era maltratado por su madre fue rescatado por personal de la Demuna de Villa El Salvador. El menor, que era golpeado y encerrado sin alimentos, se escapó, por quinta vez, por el techo de su casa y fue auxiliado por los vecinos.
En Loreto, una pequeña de solo tres años lucha por sobrevivir tras las lesiones dejadas por el ultraje brutal de un sujeto de 37 años. En tanto, en Chimbote, una niña de 8 años a la que su madre, Judith Sáenz Moreno, atacó a cachetadas y puñetazos por haber perdido una tarea escolar fue entregada en custodia a su profesora para evitar nuevas agresiones.
CIFRAS DE ESPANTO
El maltrato a los niños en el Perú es un tema recurrente y así lo evidencian las cifras. Según las estadísticas de los Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, en lo que va del año se han registrado 12,015 denuncias de agresiones psicológicas, físicas y sexuales contra menores de edad, lo que significa casi 57 denuncias por día.
La cifra ha aumentado respecto a años anteriores, pues en 2014 se denunciaban 42 casos por día y el año pasado ya eran 52. Aunque la mayor cantidad de denuncias son por violencia psicológica (36%), una de cada tres es por violencia física y, en la mayoría de casos, esa violencia es ejercida por los propios progenitores.
Los resultados de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (Enares 2015) también tienen indicadores alarmantes: el 81.3% de los adolescentes de 12 a 17 años refiere que alguna vez en su vida fue víctima de violencia física o psicológica en su propia familia. Entre la población de 9 a 11 años las cifras alcanzan el 73.8% de los encuestados. En tanto, el 34% de adolescentes encuestados refiere que sufrió alguna forma de violencia sexual alguna vez en su vida.
“Las cifras son fuertes. Estamos hablando de que aproximadamente el 80% de familias peruanas están violentando a sus hijos. Pero, además, en la escuela, 75 de cada 100 niños fueron víctimas de violencia psicológica o física por parte de sus propios compañeros de escuela”, advirtió Lourdes Febres, presidenta de Acción por los Niños.
Febres agregó que en la vida cotidiana los padres crían con violencia, aunque no se den cuenta. “La violencia está en la forma como respondemos a nuestros hijos o como les damos una orden. Nuestros hogares no son ambientes armoniosos ni afectivos, no estamos brindando una protección integral”, señaló.
APRUEBAN CASTIGO FÍSICO
Pero ¿por qué tanta violencia? Para el ex procurador y representante de Iprodes Ronald Gamarra, hay dos factores: en el Perú hay un problema cultural y la idea extendida de que los padres pueden maltratar a sus hijos para corregirlos, y faltan mecanismos para prevenir estas conductas no solo en la familia, sino también en la escuela, los clubes o en la calle.
La encuesta Enares 2015 revela que el 42.9% de los padres de familia está de acuerdo con que a veces es necesario gritar a los niños y adolescentes para que entiendan lo que se les dice. Otro 36.1% indica que se debe castigar físicamente al niño o adolescente si se mete en problemas, miente con frecuencia o coge algo que no le pertenece.
Aunque el año pasado se aprobó la Ley 30403, que prohíbe el castigo físico y humillante, por medio de la cual se garantiza el buen trato y se prohíbe el uso de la fuerza para corregir y controlar la conducta de niños y adolescentes, en el Perú estas prácticas siguen siendo muy comunes.
“Lo que ocurre es que la ley es educativa, propone una forma de crianza positiva para que los padres sepan relacionarse mejor con sus hijos. La ley no es punitiva, pues si tenemos en cuenta que las estadísticas revelan que el 81% de padres violenta a sus hijos, tendríamos que establecer sanciones para todos y eso es casi imposible”, dijo Febres.
¿QUÉ DICEN LAS LEYES?
Gamarra precisó que la Ley 30403 no le quita a los padres el poder de corrección o disciplina, pero sí pone límites a la forma como deben tratar a sus hijos. Sin embargo, refirió que actualmente, en el Perú, el Código Penal prevé sanciones para los padres o cualquier otra persona que cause lesiones a los niños y adolescentes.
Además, destacó que la reciente Ley de Protección frente a la Violencia Familiar –que se dio para prevenir la violencia contra la mujer–, también protege a los menores y ha incorporado medidas de protección para una mejor investigación, así como la posibilidad de que los propios niños puedan denunciar un caso de violencia.
Empero, el abogado Mario Amoretti sostuvo que en el Perú no se valora la salud mental de los niños y adolescentes en los casos de violencia. “La ley establece que en estos casos se practique una pericia psicológica a los menores y si esta arroja una anomalía psíquica permanente, se sancione como si fuera un caso de lesiones graves. Pero lamentablemente son muy pocos los jueces o fiscales que ordenan esta pericia”, anotó.
Carlos Herrera, coordinador de Programas de Save the Children, señaló, en ese sentido, que la solución a la violencia no es castigar a los padres y separarlos de sus hijos, sino orientarlos y darles el soporte y acompañamiento necesario para que puedan criar a sus niños en un ambiente saludable.
Como actualmente no hay una política gubernamental para dar ese acompañamiento que la familia necesita, diversas ONG, entre las que están Acción por los Niños, Save the Children e Iprodes, han iniciado la campaña ‘Atrévete a criar con amor’, que busca sensibilizar a la opinión pública sobre las consecuencias negativas del castigo físico y humillante e incentivar la participación activa de toda la población en la defensa y protección de los niños y adolescentes.
“Hay casos muy graves de violencia familiar que solo se consideran como faltas, de tal manera que el niño violentado vuelve otra vez con su familia y puede ser víctima de nuevos maltratos. Por eso, la idea es reforzar en los padres las habilidades de disciplina positiva y resolución de conflictos sin violencia”, dijo Febres.
La directora de Acción por los Niños agregó que, al margen de la campaña, es importante que el Estado garantice la calidad de los servicios de protección que brinda al menor, refuerce en las comisarías una sección de familia y asigne el presupuesto necesario para atender a esta población.
Sabía que
- Las leyes peruanas establecen penas de entre 5 y 10 años de cárcel si el maltrato causa lesiones graves contra un niño o adolescente, informó el abogado Mario Amoretti.
- En el caso de que las lesiones graves hayan sido causadas por un progenitor, la sanción puede aumentar a 14 años de cárcel. Además, el padre pierde la patria potestad del menor.
- La anomalía psíquica permanente que puede sufir un menor de edad producto de los maltratos también se considera una lesión grave y se sanciona con las mismas penas.
- En caso de que el maltrato provoque lesiones leves, se puede sancionar con entre 3 y 6 años de cárcel.
- Si el castigo no causa lesiones físicas, es una falta y se sanciona con servicio comunitario, pero, dependiendo del caso, el agresor puede perder la patria potestad del menor.
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