Mariella Sausa
Miércoles 29 de marzo, a mediodía. Un helicóptero de la Fuerza Aérea llega a Monte Sullón, una de las zonas más afectadas por el desborde del río Piura y donde muchos pobladores aún viven en medio de las inundaciones. La aeronave tiene la misión de rescatar a una gestante que se encuentra a punto de dar a luz y repartir donativos. Pero, en medio de la desesperación por la escasez de agua y alimentos, los damnificados rompen el cerco de seguridad que rodea el aparato y se avalanchan para sustraer los bienes que se encuentran en la nave.
Las escenas de RPP Noticias son impactantes. Decenas de damnificados con hambre y sed ruegan por un poco de agua y de comida. Se empujan, se arranchan los alimentos. Se quitan de las manos las donaciones reservadas para los niños. Ante la gran cantidad de personas que rodean el helicóptero, los soldados tienen que apagar las hélices para evitar una tragedia.
Lo ocurrido en Catacaos es solo una muestra de lo que padecen día a día cientos de personas afectadas por las inundaciones y las lluvias en el Perú. El Gobierno y el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) ya han repartido 3,600 toneladas de bienes de ayuda humanitaria a las localidades más golpeadas por los desastres, pero esta asistencia aún no está llegando a todos.
José Canora, jefe de la oficina de Servicios Generales del Indeci, explicó las razones por las cuales la ayuda no se distribuye en forma tan rápida. En primer lugar, precisó que hay dos líneas de entrega de bienes: una que concentra el Indeci y que incluye los materiales adquiridos con recursos propios, las donaciones de empresas y las donaciones de países extranjeros, y otra que impulsa el Gobierno Central, a través del Ministerio de la Producción, y que acopia los bienes de la ciudadanía y de algunas empresas privadas.
PROBLEMAS DE REPARTO
En ambos casos, las donaciones y los bienes de ayuda humanitaria son organizados siguiendo los parámetros internacionales para la atención de población afectada por desastres y el EDAN, un formato que se usa en todo el mundo y que permite hacer la evaluación de daños y necesidades para el reparto equitativo.
“Con el EDAN se puede calcular la cifra de afectados y la cantidad de bienes que se debe enviar. Desde Indeci se arman paquetes básicos con bienes de primera respuesta para emergencias, entre los cuales hay carpas, agua, alimentos en conserva, palas, abrigo, medicinas y kits de higiene”, detalló Canora.
Sin embargo, tanto los bienes que concentra el Indeci como las donaciones que administra el Ministerio de la Producción no van directamente a las zonas afectadas porque la ley lo impide. “Las normas vigentes señalan que los gobiernos regionales y locales tienen autonomía y por eso son ellos quieren deben repartir la ayuda a los damnificados. Nosotros llevamos el cargamento hasta los almacenes del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de cada región y son las autoridades regionales y locales las que hacen llegar los bienes a la población afectada”, enfatizó.
Precisamente en este punto es que se entrampa la ayuda, pues aunque se hacen grandes esfuerzos por llevar las donaciones vía aérea, marítima o terrestre, una vez en terreno de los gobiernos regionales y locales, también golpeados por los desastres, estos no tienen la logística ni los recursos suficientes para repartirlas, sobre todo a los lugares que están más alejadas y muchas veces aislados por los mismos desastres.
Eliana Revollar, jefa de la Oficina de Dirección Territorial de la Defensoría, refirió que hay centros poblados y caseríos dispersos a los cuales solo se puede llegar por helicóptero y donde el traslado de la ayuda depende mucho del clima.
“Muchas veces los helicópteros han llegado a centros poblados grandes, pero si ahí hay una desconexión vía terrestre, no hay forma en que la ayuda llegue a los pueblos más dispersos, que son justamente los que reclaman más atención. Sin embargo, estamos en una emergencia número 4 y en ese contexto el Gobierno Nacional puede apoyar a las regiones en estas entregas”, dijo.
Al respecto, el ministro de Defensa, Jorge Nieto Montesinos, aseguró que, en el caso de Piura, la logística de las Fuerzas Armadas garantizará que la ayuda humanitaria llegue a toda la población damnificada. “Ya estamos haciéndonos cargo desde ahora de la organización de la distribución de alimentos en toda la región. Lo importante en este momento es que la gente tenga acceso al agua y a la comida, y eso es lo que vamos a garantizar”, aseguró el ministro.
MÁS TRABAS
Pero esta no es la única dificultad. La Defensoría del Pueblo, a través de las intervenciones de su personal en las zonas de emergencia, ha comprobado que, debido a la gran solidaridad e iniciativa ciudadana y de empresas privadas, hay mucha población afectada que está recibiendo hasta tres veces más que otros que están más lejos y no reciben nada.
Ello por la gran cantidad de donaciones promovidas por privados que son llevadas directamente a las zonas de emergencia, con buena voluntad pero sin organización.
“Por eso la importancia de que las ayudas se concentren en una entidad estatal que evalúe las necesidades, los daños y distribuya con criterio equitativo”, refirió Revollar.
Otra traba que felizmente ha sido subsanada es el cumplimiento de los procedimientos legales para la entrega de donaciones a los damnificados. Los alcaldes se quejaban porque la entrega de los bienes de ayuda humanitaria debían ser sustentados con procedimientos difíciles de cumplir en medio de la tragedia. Sin embargo, la Presidencia del Consejo de Ministros simplificó este trámite y, mediante un decreto supremo, dispuso que la entrega de bienes de ayuda humanitaria pueda ser sustentada con una declaración jurada simple.
La declaración debe ser suscrita por los responsables del almacén, identificando el lugar, fecha y cantidad de bienes. Pero estas declaraciones juradas son temporales, ya que terminada la emergencia, las autoridades deberán regularizar las donaciones y la ejecución de los fondos públicos.
El experto en temas municipales Julio César Castiglioni señaló que en nuestro país los procedimientos legales para la entrega de ayuda humanitaria son necesarios, pues lo que pretenden es evitar una situación de corrupción.
“Lamentablemente hay muchas personas que se aprovechan de la emergencia y se presentan como afectados cuando no lo han sido. Se ha visto desde el terremoto del 70, incluso hubo un caso de una alcaldesa que repartió las donaciones de Aduanas entre su personal y se benefició, y por eso fue vacada”, refirió.
En medio de la emergencia hay una sucesión de problemas. Hay almacenes donde llega la ayuda pero están inundados, hay donaciones que se pierden en albergues por falta de seguridad, hay helicópteros que no llegan a las zonas más difíciles por el mal clima.
“Ante esta situación hace falta mucha paciencia y también mucha organización de la población; y que se active un voluntariado civil, de médicos, educadores, psicólogos y otros profesionales para que ayuden con la atención de las personas”, subrayó Revollar.
Tenga en cuenta
- La Cruz Roja ha distribuido hasta la fecha 41 toneladas de ayuda humanitaria procedente de Panamá y 250 mil dólares para los pobladores afectados por los desastres naturales.
- Alberto Monguzzi, jefe de operaciones del Secretariado de la Federación Internacional de la Cruz Roja en Ginebra, indicó que la desesperación de los pobladores por alimentos y los reclamos de que la ayuda no llega se repiten en todos los desastres del mundo.
- Sostuvo que los desafíos logísticos siempre se presentan en casos de desastres de gran magnitud, por ello la población debe tener paciencia y calma.
- Indicó que ante la gravedad de la situación hace falta mucho apoyo emocional, que la Cruz Roja está prestando a través de sus 2,000 voluntarios desplegados en todo el país.
- Además, la Cruz Roja está estableciendo contacto entre las familias desplazadas y sus seres queridos, con quienes han perdido comunicación.
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