El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) consideró que la práctica del Takanakuy, tradición cusqueña que consiste en batirse a golpes para resolver diferencias, afecta el desarrollo de los niños y adolescentes y va contra el principio del interés superior del niño.
Si bien el Estado es respetuoso de las prácticas culturales, indica el ministerio, estas situaciones podrían tener un efecto inmediato en la vida emocional de los niños y niñas, incluso puede ser causa de estrés post traumático.
Para representantes del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, toda forma de violencia debe ser erradicada desde la niñez, y por eso, añadieron, se busca la eliminación expresa del castigo físico como forma de educación en el Proyecto del Código de los Niños y Adolescentes, que está a la espera de su aprobación por parte del pleno del Parlamento.
El objetivo del MIMP es velar porque los niños, niñas y adolescentes se desarrollen en un ambiente libre de violencia; sin embargo, esta costumbre cusqueña valida formas violentas de resolver conflictos, subrayaron los voceros del ministerio.
Recordaron que están trabajando con el Ministerio de Educación para incluir en la currículo escolar temas para prevenir la violencia familiar, sexual, así como el bullying.
Por su parte, el Ministerio de Cultura señaló que la incorporación de mujeres y niños a esta práctica data de los últimos años. “No corresponde a la tradición más antigua”, precisó la viceministra de Interculturalidad, Patricia Balbuena.
“Ninguna cultura puede estar por encima del respeto de los derechos humanos, de niños y niñas (…) Rechazamos la participación de los menores”, concluyó Balbuena.
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