Indignación ha generado el caso de un ciudadano estadounidense que se llevó una orquídea peruana de contrabando y con artimañas, logró patentarla como si se tratara de su descubrimiento, logrando que lleve su apellido.
Fue en 2002, cuando James Michael Kovach compró la hermosa flor en un puesto en San Martín y la llevó de manera ilegal a Estados Unidos. En mayo de ese mismo año, la revista científica Selbyana publicó un artículo sobre dicha especie con el nombre ‘Phragmipedium Kovachii’.
A pesar de la denuncia del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) ante el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre estadounidense, James Michael Kovach solo fue denunciado en su país por contrabando y posesión ilegal de especies amenazadas, por lo que se le multó con US$1000, pero quedó en libertad.
Actualmente, el Perú solo se tiene 300 ejemplares de esta orquídea en el Bosque de Protección Altomayo (San Martín) y se encuentra en peligro de extinción. La flor, que debería llamarse ‘peruviana’, representa un gran hallazgo científico debido a su color, tamaño y potencial genético.
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