El director de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), Carlos Bromley Coloma, advirtió que una depresión no tratada puede pasar rápidamente de leve a moderada o de leve a grave y en esos casos sí hay riesgo de suicidio, como ocurrió recientemente con el estudiante de la Universidad de Lima Emilio Egocheaga D’Angelo (22), quien se ahorcó en su propia vivienda aparentemente por la separación de sus padres.
Si bien en el 2012 se atendieron a 133,581 personas con diferentes tipos de depresión en los hospitales y centros de salud en el país, en el 2013 –entre enero y agosto– la cifra alcanzó los 89,372 casos. Bromley Coloma señaló que la depresión puede tener causas endógenas, es decir, hereditarias, pero también ser producto de la crianza de los padres de familia, especialmente cuando hay mucha sobreprotección.
Hay diferentes formas de este mal: trastorno afectivo bipolar (la persona puede estar triste y en otro momento eufórica); episodios depresivos (se deprime en algún momento de su vida, se trata y mejora, son casos con buen pronóstico); trastornos depresivos recurrentes (el paciente tiene la enfermedad y sale de ella como si se tratara de un círculo vicioso, son los casos de difícil manejo) y trastornos del humor persistente (cuando la persona mejora pero no sale de su depresión).
Los padres pueden reconocer que sus hijos o alguien está con depresión cuando hay tristeza sin motivo, insomnio, falta de interés por todo, pérdida del apetito o cuando la persona se aisla o se retrae. “Es un problema delicado y no hay que esperar que se cure solo”, añade el especialista.
Bromley Coloma sostuvo que todas las depresiones tratadas y con apoyo familiar tienen buen pronóstico y que cuando ocurre el suicidio es porque no hubo un tratamiento oportuno, además de poca colaboración de la familia. “La familia tiene que llevar al paciente al médico, no a la fuerza, pero tiene que encontrar formas para ayudarlo”, acotó.
Indicó que cuando los padres se separan o divorcian deben analizar las repercusiones que esta decisión puede causar en sus hijos, para que el proceso no sea traumático. “Se debe buscar apoyo emocional”, explicó en diálogo con Andina.
Explicó además que cuando la depresión es biológica (hereditaria) casi siempre el paciente requiere medicación, pero si se trata de una reacción depresiva por algo que ocurrió, el tratamiento debe ser con una psicoterapia principalmente. “Hay depresiones que se resuelvan con dos o tres meses de tratamiento”, agregó.
SOBREPROTECCIÓN y DEPRESIÓN
El representante del Minsa advirtió además que cuando los padres educan a sus hijos con mucha sobreprotección contribuyen sin saber a formar personalidades vulnerables para la depresión y las convierten en personas de riesgo.
“La personalidad se termina de formar a los 18 años. Pero a veces los padres sobreprotegen mucho y cuando esos chicos salen al mundo, hay como un choque, empiezan a enfrentar una serie de cosas que los desestabiliza”, sentenció.
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