Costa Verde: No hay medidas para proteger acantilados en un largo plazo

“(El enmallado en la Costa Verde) no va a funcionar en caso de un sismo. Lo que necesitamos, para darle un tratamiento más permanente al problema de la caída de rocas, es retirar la autopista de la zona de los acantilados”.

Esta fue la advertencia hecha por el mismo presidente de la Autoridad Autónoma de la Costa Verde, Gustavo D’Angelo, luego del lamentable accidente que dejó en coma al pequeño Thiago (3), golpeado por una piedra que cayó desde el acantilado de Miraflores.

Sin embargo, el municipio de Lima ha anunciado que solo se efectuará el enmallado de los acantilados de Chorrillos, Barranco, Miraflores, San Isidro, Magdalena y San Miguel. Según especialistas consultados por Perú21, esta es una medida de corto plazo que no servirá de mucho.

Manuel Prado, representante del Colegio de Ingenieros de Lima y presidente de la Federación Panamericana de Ingeniería Oceánica y Costera, advirtió que las geomallas tienen una duración máxima de entre cinco y diez años.

Por ello, el ingeniero recomendó a las autoridades municipales evaluar otras medidas a largo plazo. “En Japón, por ejemplo, se inyectan sustancias químicas para estabilizar los suelos y acantilados. Es una alternativa que podría revisarse”, mencionó.

Prado criticó que se continúen usando vallas metálicas al borde de la vía costanera. “Estas estructuras se oxidan rápido, pues los vientos traen minerales desde el mar. En su reemplazo, se debería usar plástico”, refirió.

Por su parte, el ingeniero Javier Blossiers, especialista en erosión de suelos, lamentó que Emape no siga los patrones correctos en los trabajos que viene ejecutando.

“Se está comenzando por mejorar la estructura de las vallas metálicas, cuando lo primero que debieron hacer es instalar las geomallas. Ambos sistemas trabajan en conjunto”, mencionó el especialista de la empresa Cidelsa.

Advirtió que las geomallas no soportarán la caída de rocas de gran dimensión.

En ese sentido, sostuvo que la comuna de Lima debería enfocar sus acciones en ganar terreno al mar, a fin de alejar la carretera de los taludes.

Precisó que este proyecto tomaría unos cinco años en concretarse y demandaría una considerable inversión, pero que es necesario hacerse ante el grave riesgo al que se exponen a diario las miles de personas que se movilizan por los acantilados.

En el mediano plazo, anotó, se podría rellenar los acantilados con algún tipo de material para estabilizar los suelos.

“Esto puede implicar expropiar terrenos en la parte superior, pero también se puede trabajar desde la base”, dijo.

ENMALLADO NO EMPIEZA
Si bien Emape empezó a trabajar hace más de una semana en el acantilado de Miraflores, estas obras no incluyen la colocación de mallas de protección.

Según comprobó Perú21 en un recorrido, actualmente solo se realizan labores de limpieza de piedras y de reparación de las vallas metálicas que ya existían a la altura de las playas Redondo y La Estrella.

Al respecto, Emape informó que se encuentra en curso un proceso de adjudicación y, en unos dos meses, se entregaría la buena pro a una empresa para que adquiera e instale las geomallas en 10 puntos críticos detectados a lo largo de 7 kilómetros de la Costa Verde.

Iván Infanzón, gerente general de Emape, sostuvo que se tiene que enmallar aproximadamente 350,000 m2.

“Las geomallas que se comprarán deben tener alta resistencia a la tracción, toda vez que va a canalizar la caída de rocas de apreciable peso”, dijo.

Precisó que el metro cuadrado de malla cuesta 5.7 dólares. Es decir, la inversión en la obra pasaría el millón 995 mil dólares.

Al respecto, el ingeniero Manuel Prado afirmó que dicha inversión es elevada. “Hay diversas calidades y el enmallado es la alternativa más económica”, remarcó.