A nadie le agrada quedarse sin agua potable. Sin este recurso hídrico, prácticamente, es imposible vivir. Sedapal es la empresa encargada de reactivar este servicio, pero algo complica sus labores. ¿Qué es?
Si bien es cierto que esta compañía emitió un comunicado en la mañana de este viernes en el cual explica el corte de agua en 26 distritos de Lima, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) detalló las complicaciones a las cuales se enfrenta Sedapal.
El agua está muy turbia
Para que todos tengamos agua potable en nuestras viviendas, la planta de La Atarjea realiza un procedimiento de potabilización. Esta megaestructura solo puede aceptar niveles de turbidez de hasta 15,000 NTU (Unidad Nefelométrica de Turbidez, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, por los huaicos que arrastran lodo, piedras y troncos, el nivel de turbidez del agua que se registra en el caudal del río Rimac (el mismo que llega a La Atarjea) es de 110,000 NTU. Es decir, estos niveles hacen imposible la potabilización.
“Si esa agua cruda con excesiva turbidez ingresa a La Atarjea su sistema de filtros colapsaría y el daño sería más grave, pues se dejaría a Lima sin agua potable por semanas o meses”, explicó la Sunass.
El caudal del río Rímac ha aumentado
No solo la turbidez del agua complica las labores de Sedapal. Las intensas lluvias provocaron que se aumenten los caudales de los ríos que atraviesan la capital. De hecho, por esta razón, el río Huaycoloro se desbordó el último jueves en San Juan de Lurigancho.
La Sunass señala que el caudal del río Rímac ha llegado a los 113.3 m3/s (metro cúbico por segundo). Lo normal es que nuestro Río Hablador se mantenga en solo 87.2 m3/s. Y, para ser más agravante la situación, el Senamhi pronosticó que en promedio puede llegar a 126 m3/s.
“La actual demanda de la población en Lima es de 25m3 por segundo y La Atarjea es responsable de potabilizar hasta 18 m3/s, de ahí su importancia en este escenario crítico”, indicó el ente regulador.
Entonces, ¿cuál es el plan B de Sedapal?
Sedapal, como parte de sus medidas de contingencia, ha activado 270 pozos que extraen agua del subsuelo y que en la práctica son nuestras reservas en momento complejos. Sin embargo, solo pueden extraerse hasta 7 m3/s. Esto explica el corte de agua en los distritos de la capital.
Solo esperemos que la madre naturaleza se apiade de nosotros y que este corte de agua sirva como lección para todos aquellos que desperdician el agua. Ya se acerca febrero, mes de los mal llamados ‘carnavales’. ¿Te atreverás a arrojar agua ahora?
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