Un numeroso grupo de comerciantes y trabajadores del emporio comercial de Gamarra quemaron una gran cantidad de ropa importada de China, en señal de protesta por las facilidades que da el Gobierno a las importaciones de ropa fabricada en el gigante asiático.
Los manifestantes consideraron que son víctimas de una competencia desleal pues los precios de los textiles chinos son más baratos y acusaron a la ministra de la Producción, Gladys Triveño, de no convocar a una mesa de diálogo para buscar una pronta solución y medidas que garanticen la protección de los productos nacionales.
“Gamarra ya perdió un orden de 9,000 trabajadores que se dedicaban a la venta y otros que hacen trabajo en serigrafía, en textil y confección”, señaló un dirigente de los comerciantes, que confirmó la paralización de sus labores este 5 de setiembre.
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