El Ministerio de Justicia informó que ya no construirá un centro penitenciario de alta peligrosidad en las afueras de Casma, Áncash.
La decisión se tomó luego de que el Ministerio de Cultura señalara los efectos perjudiciales que conllevaría esta edificación sobre los sitios arqueológicos de Manchan, Chankillo y el Museo de sitio de Sechín.
Los pobladores de Casma, como es público, se oponían a esta obra por el riesgo que representaba a los citados complejos arqueológicos.
Por ello, el 12 de febrero último unas 15 mil personas marcharon por la Panamericana Norte para exigir la cancelación del proyecto que formaba parte de un conjunto de cinco penales *con el que se buscaba enfrentar la sobrepoblación en las cárceles del país. *
Además, los centros de abastos, tiendas e instituciones públicas cerraron sus puertas como medida de protesta.
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Incluso, el arqueólogo Iván Ghezzi, en esa oportunidad, había señalado que si se construía el penal se corría el riesgo de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) no declare a Chankillo como Patrimonio de la Humanidad.
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