Llegó el invierno y la incidencia de resfríos e infecciones a las vías respiratorias aumentan; atacando, principalmente, a niños y personas de la tercera edad. Por ello, proteger nuestro sistema inmunológico es fundamental el consumo de alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos.
[La mandarina: Los beneficios que trae para la salud su consumo]
Por su delicioso sabor, practicidad y fácil consumo las mandarinas son fuentes importantes de vitamina C, pues gracias a la protección de su cáscara y a la película delgada rica en fibra que recubre al fruto permite aprovecharla en su totalidad.
La reconocida nutricionista, Sara Abu-Sabbah, indicó que en cualquier etapa de la vida podemos resfriarnos si el sistema de defensas no ha sido capaz de combatir alguno de los más de 200 tipos de virus que pueden causar este problema. Este proceso genera malestar y puede perturbar el desempeño laboral del adulto o el rendimiento del escolar o el infante.
Por ello, la especialista asegura que la mandarina es una fruta fundamental para conservar una buena salud y prevenir enfermedades relacionadas con procesos gripales o con virus comunes. Su poder antioxidante también actúa como prevención de enfermedades del tipo degenerativo.
La cantidad de vitamina C de esta pequeña fruta, puede variar según el tamaño o peso de la misma. Una mandarina puede pesar entre 50 y 100 gramos y debido a su bajo aporte de calorías puede consumirse dos o tres unidades en el día para cubrir las necesidades de vitamina C en los diferentes grupos de edad.
“Cubrir las necesidades de vitamina C es fácil y delicioso, las frutas son nuestra principal fuente. De las frutas que se consumen en el día, al menos una debe ser rica en vitamina C, entre ellas destaca la mandarina. Las necesidades de vitamina C van desde los 15 mg por día a partir del año de edad hasta los 120 mg por día en la mujer lactante”, sostiene Abu-Sabbah.
El consumo frecuente de esta fruta en el desayuno, como parte de la lonchera de los niños, snack en la oficina o merienda de media mañana, puede contribuir con la prevención y menor duración del proceso de resfrío común. Además evita que entremos en una deficiencia nutricional y consecuentemente en problemas de salud.
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