La mayoría de personas no puede hacerse cosquillas, no las siente. Esto es producto de la habilidad de nuestro cerebro de diferenciar entre nuestros movimientos y las acciones de otra gente.
Sarah-Jayne Blakemore, de University College de Londres, escaneó el cerebro de un grupo de personas a las que les hacía cosquillas en las manos y cuando ellos mismos trataban de hacerlo.
Su conclusión fue que cuando movemos nuestras extremidades, el cerebelo predice los movimientos de nuestro cuerpo. Luego, envía una segunda señal que extingue la actividad de la corteza somatosensorial, donde se procesan las sensaciones táctiles.
Sin embargo, esto no sucede en algunas personas. “Es interesante saber que la gente con esquizofrenia se puede hacer cosquillas a sí misma”, señala George van Doorn de la Universidad Monash, citado por BBC Mundo.
Esto se deba quizá a un problema relacionado con la capacidad para identificar el origen de sus movimientos. El dato podría ayudar en la investigación sobre los periodos de una enfermedad mental, refiere Van Doorn.
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