“Fuera de la cama nos va de maravilla, pero en la intimidad no tanto”, confiesa Rebeca (34). “Siempre ha sido así. Nos conocemos desde hace tres años y, bueno, hemos tenido algunos encuentros dignos de recordar, algunos nomás. La mayoría de ocasiones no ha sido impresionante”, agrega.
“Nunca he tenido un orgasmo con él”, dispara Magaly (26). “Mi enamorado es un chico increíble: es detallista, trabajador, tierno, pero en la cama, no sé, hay algo que no funciona entre ambos. Siento que le falta más atrevimiento para intentar nuevas cosas, o quizás el problema soy yo. La verdad es que me da miedo hablar con él sobre el tema; no quiero herirlo”.
“Me encantaría que ella sea más osada, que proponga ideas. Su actitud en la cama es fría; deja que yo me encargue de todo”, cuenta Miguel Ángel (32). “Un día escuché, sin querer, una conversación de mi esposa con una amiga suya. Ella le contaba por teléfono que yo era malísimo en la cama. Me dolió mucho enterarme de esa situación”, dice Francisco (29).
COMUNICACIÓN FANTASMA
Muchos de los problemas en la cama tienen un factor en común: la falta de comunicación. En otras palabras, las parejas no poseen la confianza suficiente para contarse qué funciona y qué no. ¿Por qué no se habla? Hay varias razones. El temor a herir al ser amado, por ejemplo, es una de las causas más frecuentes. Otra es, sin duda, el miedo a tener que admitir que uno comete errores y no es, precisamente, un gran amante.
Hay que hablar. Es el punto de inicio para mejorar la situación. El sexo no solo es un acto que brinda placer inmediato; es también un terreno donde se afianzan y estrechan los vínculos emocionales de los amantes. Por ello, una vida sexual sin chispa, predecible o insatisfactoria, puede tener repercusiones en otros ámbitos de la vida en pareja.
Hoy en día se ofrecen recursos que pueden facilitar ese diálogo y, sobre todo, la obtención de resultados favorables. No hablamos solo de juguetes sexuales, poses atrevidas ni disfraces eróticos, sino de guías profesionales. Hay terapeutas especializados en sexualidad, por ejemplo, que cuentan con las herramientas para manejar los conflictos íntimos y proponer soluciones personalizadas.
SÍ, PERO…
Admitir que hay un problema y comunicarlo a la pareja es un reto. Entonces, ¿cómo hacer para buscar el apoyo de un extraño? Lucy Ibáñez, psicóloga y especialista en terapia sexual, sabe que es muy difícil confiar en alguien más. “Evitar acudir a un profesional puede generar más consecuencias negativas. Vale la pena tolerar la incomodidad inicial de las sesiones antes de que nuestra relación se deteriore.”, explica Ibáñez.
En síntesis: si siente que algo falla en su vida sexual, converse con su pareja. No se queje, dialogue. Si el conflicto puede resolverse entre ustedes, perfecto. Pero si no tienen idea de cómo salir adelante, o si probaron todo y no resultó, la ayuda profesional puede servir. Haga la prueba.
TENGA EN CUENTA
- Masters y Johnson, sexólogos que realizaron grandes contribuciones a la ciencia debido a su curiosidad, también atendían consultas de parejas con problemas en la cama.
- Evalúe bien las credenciales del terapeuta antes de seguir un proceso. Charlatanes no faltan en el campo de la asesoría sexual.
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