Ameli Hidalgo
@amvahiro
Madres solteras, casadas o divorciadas; experimentadas o primerizas; que intentan dividir su tiempo entre los hijos, el trabajo, los quehaceres de la casa y la relación de pareja, y a las que muchas veces las invade ese sentimiento de culpa por no acercarse a la imagen de mamá perfecta que establece la sociedad ¿Te has sentido alguna vez así?
Pili Chuez (@PiliChuez), Carla Medina (@PeruchaPromedio), Berenice Lu (@VeryNiceTrue) y Mónica Cépeda (@monich16) son 4 mujeres y madres trabajadoras que —cansadas de que se venda la maternidad como un ícono de perfección— crearon Mamá Culpable, un espacio en redes sociales para expresar ‘a viva voz’ que las mamás también son humanas y se equivocan.
“(Este proyecto) Nace de una frustración. Yo no pude darle de lactar a mi hija y desde que nació tuve que darle fórmula y me sentí la más culpable del mundo, pasé semanas llorando y dije ¡NO! Hay que hacer algo al respecto”, cuenta Pili Chuez, creadora de la página. Está casada y se convirtió en mamá de una niña a los 34 años.
El grupo de mamás está a punto de cumplir un año y a pesar de que ya tienen más de 26 mil seguidores en su página en Facebook —una cantidad bastante considerable— y sus publicaciones tienen cientos de likes y son compartidas por decenas de personas, ellas consideran que son pocos y van por más.
“Pensábamos que iba a ser mucho más (…) Vamos lento, pero seguro”, nos dice Berenice Lu. “Es un número bueno porque se ha logrado en base al contenido”, señala Carla Medina, a lo que Mónica Cépeda agrega: “Sentimos que la comunidad es cercana y es fiel porque les gusta lo que compartimos”.
Saben que ha llegado el momento en que la mujer ya no tiene por qué reprimir lo siente y debido a que no hay una plataforma donde pueda expresarse, cada día aumentan sus seguidoras (y seguidores también). “Estamos en el momento perfecto de la liberación y creo que por eso Mamá Culpable tiene éxito”, manifiesta Berenice Lu, soltera y con un hijo de 18 años.
Estas 4 mujeres saben bien que vivimos en una sociedad en la que abundan los estándares y los modelos a seguir, y en la que muchas veces las madres no pueden exteriorizar los verdaderos sentimientos e inquietudes que las abruman por temor a ser condenadas.
“La sociedad te pone un estereotipo, al cual tú debes responder. Nosotros queremos ser humanas y mostrarnos como tal, estar orgullosas de nuestra imperfección porque a partir del error es que nosotras podemos mejorar”, asegura Mónica Cépeda, periodista, divorciada y madre de 2 niñas.
“La maternidad es linda, pero también es dura. Siempre te cuentan la parte ‘pinky’ del asunto, pero no te dicen que hay momentos en los que vas a querer agarrar tu maleta y salir de vacaciones porque estás cansada y es normal… Es humano”, agrega Carla Medina, casada y con 3 hijos.
Sus ‘post’ y publicaciones son “bromas en serio, y serias bromas” en las que prima el sarcasmo y no tienen miedo de reírse de ellas mismas y de sus errores. También, se refieren al rol del padre en la crianza de los hijos, que muchas veces queda relegado porque —se supone— esa es una labor exclusiva de las madres.
“(No involucrar al papá) Las va a hacer sentir cargadas de trabajo. Esto es una responsabilidad compartida y no es que tú (el papá) me ayudas con las criaturas, ¡Es que también son tuyas!, entonces también tienes que atenderlos”, sostiene Carla.
A través de sus propias experiencias, tocan temas que muchas madres no se atreven a hablar abiertamente, como la depresión post parto. “Yo recuerdo que después de que di a luz, miraba a mi hija y tenía muchas ganas de llorar y lo ocultaba, porque sentía que yo no debía ser así porque no había visto que alguna amiga o alguien cercano pasara por eso”, nos cuenta Mónica.
Las cuatro tienen diferentes maneras de pensar, pero su único objetivo es que las madres comprendan que no están solas, que hay más mujeres que piensan y sienten como ellas, y que hagan una catarsis con aquellas cosas que las asustan y que las hacen sentir culpables, porque —aseguran— no hay madre perfecta en el mundo.
“Al final siempre uno se va a equivocar porque la perfección no existe, pero ahí está el dilema porque vivimos en una sociedad que nos la impone”, finaliza Berenice.
Por: Ameli Hidalgo (ahidalgo@perú21.com)
@amvahiro en Twitter
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