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Japón: Científicos resucitan a un animal tras pasar 30 años congelado [Video]

El Tardígrado u ‘oso de agua’ es un microanimal capaz de sobrevivir a más de 100° centígrados y por debajo de los -200°, e incluso en el espacio exterior.

Japón: Científicos resucitan a un animal tras pasar 30 años congelado. (playgroundmag.net)
Japón: Científicos resucitan a un animal tras pasar 30 años congelado. (playgroundmag.net)

Un instituto de investigación japonés ha resucitado con éxito un oso de agua llamado tardigrado, un microanimal capaz de sobrevivir en condiciones medioambientales extremas, que fue encontrado congelado en el Polo Sur hace más de 30 años.

El Instituto Nacional de Investigación Polar de Japón (NIPR) explicó, en un comunicado, que el ejemplar de tardigrado —popularmente conocido como oso de agua— resucitado fue hallado en unas muestras de musgo obtenidas en noviembre de 1983 cerca de la base polar Showa que Japón tiene en la Antártida Oriental.

El proceso de descongelación del oso de agua comenzó en mayo de 2014, según el NIPR. Los tardígrados detienen o reducen todos sus procesos metabólicos.

El organismo apuntó que hasta ahora se había logrado revivir a uno de estos microanimales (aquellos que solo pueden verse mediante un microscopio) tras un máximo de nueve años de congelación, por lo que este logro supondría un nuevo récord.

El tardígrado es considerado el ser vivo más resistente, al ser capaz de detener o reducir todos sus procesos metabólicos mediante la criptobiosis, hasta que las condiciones medioambientales retornan a la normalidad.

Además, puede sobrevivir en condiciones extremas de temperatura de entre más de 100 grados centígrados y por debajo de los 200 bajo cero, así como de presión o radiación.

De hecho, es el único animal que ha logrado sobrevivir en el espacio exterior, tal como demostró un experimento realizado en 2007.

Los investigadores del NIPR consideran así que la supervivencia de este espécimen tras haber permanecido en temperaturas inferiores a los 20 grados bajo cero durante más de tres décadas ayudará a conocer mejor los procesos criptobiónicos.


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Vida