¿Qué hace a un restaurante el mejor del mundo? Si la pregunta tuviera que responderla Anton Ego, el feroz crítico de Ratatouille, la respuesta sería: “El mejor será aquel que te permita viajar a tu niñez y redescubrir aquellos sabores que te hicieron feliz, aquellos que te hacen volver a tu esencia”.
Pero hoy, ¿qué en verdad importa? ¿El sabor de lo servido, el servicio, la magia del local, los vinos? Todo, importa todo. Por eso, el nuevo Astrid & Gastón Casa Moreyra busca que la experiencia del comensal sea integral, empezando por el espacio.
La Casa Moreyra es bella, y Gastón Acurio no ha dudado en poner todo su arsenal de sabores sobre la mesa para lograr su objetivo máximo y verbalizado: hacer de Astrid & Gastón el referente máximo de la cocina mundial. ¿Lo está logrando?
Ya lo dijimos, el espacio es bello, pero resulta frío, a veces fatuo y, la verdad, no emociona. Una buena comida es rito, ceremonia, fiesta… y muchas veces no basta con la parafernalia y, más aún, cuando los encargados del servicio no tienen respuestas a preguntas obvias como el origen de un ornamento, de un plato, de un ingrediente.
¿Y cómo van los 29 platillos del menú-degustación? No se desilusionará. Diego Muñoz, el cocinero a cargo del restaurante, tiene las cosas cada vez más claras. Algunas de sus creaciones son notables: la langosta con pacae y, sobre todo, el cebiche de pepino dulce con erizo y almejas, que es de una complejidad que sobrecoge. Su diversidad de ingredientes y texturas emociona y nos hace creer que a un lugar así no solo se va a comer sino a vivir una experiencia, a dejarse seducir por la belleza transformada en bocado.
DATOS
- Astrid & Gastón Casa Moreyra (Av. Paz Soldán 290, San Isidro). Aquí solo se sirve el menú-degustación. Reservas: restaurante@astridygaston.com.
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