Existen hábitos que son fáciles de incorporar a nuestra rutina pero que pueden tener un impacto significativo en cómo nos sentimos:
1. Toma un buen vaso de agua al despertarte. Es muy importante que te mantengas hidratado. Esta costumbre asegura empezar el día con una buena provisión de agua.
2. Haz treinta minutos de ejercicio al día, aunque sea caminar. Este consejo se puede adaptar de acuerdo a la edad y condiciones de salud de cada persona.
3. Programa siete u ocho horas de sueño cada noche. La mejor forma de defender las horas de sueño es programarlas y organizarse. Si no duermes lo suficiente, podrías alterar tu sistema inmunológico.
4. Nunca comas en exceso, es mejor que moderes las porciones de tus comidas. Disminuye de a pocos el consumo de alimentos procesados, sal y azúcar.
5. Elige verduras antes que carnes o snacks procesados. Y entre comidas, procura comer verduras o fruta.
6. Maneja bien tu estrés. Aprende a organizarte y a relajarte. Para ello es útil programar todos los días un tiempo específico para realizar alguna actividad relajante.
7. Hazte un chequeo médico al menos una vez al año. Así podrás detectar a tiempo cualquier posible enfermedad.
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