A mediano y largo plazo el bullying puede tener consecuencias negativas para la salud de quien lo sufre. Las víctimas de este mal pueden sufrir trastornos en la alimentación, alcoholismo, depresión, problemas de conducta y hasta pueden morir en manos de sus agresores.
El maltrato escolar, más conocido como bullying, es una realidad que se vive en todo el país, tanto en colegios tanto públicos como privados. Además, el acoso cibernético y sexual a través de redes sociales va en aumento.
[YouTube: Así reaccionó un escolar contra su compañero que le hacía bullying]
La doctora Mirtha Orrillo Ascama, psicóloga y profesora de la facultad de psicología de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, nos brinda una lista de consejos para detectar si tu hijo es víctima de bullying en la escuela. Toma nota:
- Se resiste a ir a la escuela: En este caso es necesario averiguar realmente los motivos de su resistencia, no castigarlo por eso.
- Surgen problemas de atención: Se frustran rápidamente al querer aprender un curso nuevo.
- Comienza a maltratar a otros niños: Muestra inseguridad y se pone ansioso ante la presencia de determinada persona o situación.
- Se muestran muy tristes o sensibles: Estas conductas pueden alertarse cuando el muchacho está muy callado.
- Dejan de realizar actividades que les agradan: De pronto el salir a jugar con los amigos, o entretenerse con el Play Station ya no genera interés.
- Cambios en el sueño o en el apetito: El insomnio es una característica principal de la depresión, la cual está ligada al bullying.
- Se rehúsan a participar en salidas grupales: El chico se vuelve retraído y prefiere estar solo durante buena parte del día.
- Pierden sus pertenencias de manera continua: Se vuelven distraídos debido a la falta de interés en sus actividades rutinarias.
- Quiere ir acompañado a la entrada y salida de la escuela: Hacen esto con el objetivo de obtener protección contra los compañeros que lo insultan o golpean.
CONSEJOS PARA LAS VÍCTIMAS
En caso de sufrir bullying el hecho debe ser transmitido a los padres y profesores para que ellos tomen cartas en el asunto. El silencio por parte de las víctimas y el desconocimiento de parte de los padres, no contribuye a disminuir la intensidad de este abuso.
Mostrarse débil ante el agresor empeora las cosas porque eso es lo que lo satisface. Es necesario responder al agresor con firmeza. No tengas miedo.
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