La compañía aérea sueca BRA realizó con éxito un vuelo de 600 kilómetros en un avión de pasajeros ATR 72-600 con una mezcla de combustible convencional y un derivado de las grasas recicladas de cocina.
El uso de biocombustibles ha interesado a varias compañías aéreas por ser considerados más ecológicos y, según aumente su demanda, más baratos que los combustibles convencionales.
Todas estas pruebas se realizan como parte del programa estatal sueco para reducir las emisiones nocivas del transporte en el país, la empresa aérea pretende reducir sus emisiones al doble para el año 2025 con esta mezcla.
Otra opción prometedora para Suecia es el biocombustible de madera, que no supone un impacto grave a los bosques del país, cuyo crecimiento anual es de 120 millones de metros cúbicos versus los 2,4 millones que se requieren para todo el transporte nacional.
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