The Economist elaboró un perfil del presidente Ollanta Humala a raíz de los últimos escándalos que han sacudido a su gobierno: el supuesto espionaje a la oposición desde la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) y la marcha atrás en la Ley Pulpín.
“Pese a que dos tercios de los trabajadores del Perú están en la informalidad, el presidente vetó una reforma para liberalizar el rígido régimen laboral del país temiendo a la oposición”, destaca la publicación.
El artículo también advierte que el gobierno de Ollanta Humala “tiene esquizofrenia”. En lo que va de su gestión ha habido seis ministros del Interior y seis jefes del gabinete. Además, un velo de intrigas opaca la labor del Ejecutivo.
[Lee aquí el artículo de The Economist sobre Ollanta Humala (en inglés)]
The Economist destaca también el presunto espionaje que se habría gestado desde la DINI no solo contra políticos de oposición, sino también contra la vicepresidenta Marisol Espinoza, quien estaría distanciada de Palacio.
“Ollanta Humala entiende que el Perú necesita reformas estructurales, pero sus esfuerzos han sido tímidos”, añade la publicación tras remarcar que en el Ejecutivo hay un núcleo de tecnócratas especializados en gestión pública.
En el artículo también se habla del ministro del Interior, Daniel Urresti, quien actúa como un “jefe policial hiperactivo que busca titulares incluso cuando el crimen empeora”, aunque le ha valido al jefe del Estado subir algunos puntos en su popularidad.
“Para reformar se requiere convicción, comunicación y la capacidad de movilizar a los posibles beneficiarios de las reformas, que son generalmente un grupo más difuso. En eso, el presidente Humala está decepcionando a los peruanos”, añade The Economist.
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