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Luis Galarreta: "Cambios ministeriales se quedaron muy cortos" [ENTREVISTA]

“El presidente Kuczynski ha perdido la oportunidad de, por lo menos, hacer un punto de quiebre en algunos sectores que no están funcionando”, sostiene el titular de Poder Legislativo, Luis Galarreta.

Luis Galarreta: "Cambios ministeriales se quedaron muy cortos". (César Campos/Perú21)
Luis Galarreta: "Cambios ministeriales se quedaron muy cortos". (César Campos/Perú21)
Patricia Quispe

Patricia Quispe

@pquispev

Luis Galarreta presidirá el Congreso de la República los próximos 12 meses. Ha ofrecido una actitud más dialogante y menos confrontacional con sus pares y con el Ejecutivo. Sin embargo, eso no le impide –en esta entrevista con Perú21– advertir que hay una falta de norte gubernamental en políticas públicas. Asimismo, señala que el jefe de Estado tiene un “análisis equivocado” de la realidad.

¿Satisfecho con el mensaje presidencial?
Como presidente del Congreso, me quedé con muchas expectativas del mensaje. Hay aspectos que se han podido profundizar mejor. Definitivamente, tenemos opiniones distintas. Por ejemplo, cuando se ha hablado de salud, con lo seria que está la situación en ese campo, parece raro que se hable de una realidad distinta.

¿Hubo vacíos en el mensaje?
Sí, creo que ha habido vacíos. En el tema de la reconstrucción, saludo a las personas que el presidente presentó en el Congreso, es un hecho significativo, pero el norte del país, afectado por las lluvias e inundaciones del fenómeno de El Niño costero, sigue esperando. Todavía no empieza la reconstrucción y va a tomar un tiempo, sigue en ruinas. Resulta, entonces, un poco difícil entender por dónde iba el mensaje en ese punto.

El presidente Kuczynski ofreció disculpas por haber subestimado el esfuerzo para restablecer la reactivación económica. ¿Le reconoce el gesto?
La disculpa es un punto a favor. Ahora, que una de las personas más brillantes en materia económica haya subestimado cómo recibió el país dice bastante. Pareciera que estuviéramos en el primer año de gobierno y entendiéramos recién qué país nos dejó el señor Ollanta Humala. Por eso, coincido con quienes afirman que este parece más un sexto año del gobierno de Humala.

¿Le faltó autocrítica al presidente? Se ha dicho que un gran vacío fue la referencia al caso Chinchero, que, incluso, provocó la salida de dos ministros del gabinete.
Difícil que haga una autocrítica sobre Chinchero –y ese es un derecho que tiene el presidente de la República– cuando vemos que algunos de los que participaron en el caso hoy son ministros. Vemos entonces cuál es su decisión política. Desde la presidencia del Congreso vamos a continuar lo que hicimos el año pasado. El presidente ha presentado cinco proyectos que tendrán prioridad porque lo dice el reglamento pero, además, porque es nuestra vocación debatirlos con celeridad. Si son aprobados en forma total o parcial, no dependerá de la Mesa Directiva, sino de las bancadas.

¿Empezarán a discutirse apenas después de instaladas las comisiones ordinarias?
Reglamentariamente tienen prioridad. Adicionalmente, he enviado un documento al primer ministro, Fernando Zavala, para que nos envíe sus prioridades para elaborar una gran agenda parlamentaria que es anual y que contiene una visión distinta de la agenda de debate semanal. Eso permitirá que las comisiones relacionadas al tema se preparen y que las áreas de investigación del Parlamento den los insumos necesarios para la elaboración del dictamen.

¿Será ese un tema de conversación en la reunión que sostendrá este lunes (mañana) con el premier Zavala?
Él tuvo la gentileza de llamarme y felicitarme por mi elección. Obviamente, el Parlamento tiene las puertas abiertas para conversar y ver temas de interés, tanto del Ejecutivo como de las bancadas. Fernando Zavala ya tiene el oficio y podrá enviar sus prioridades para la agenda parlamentaria hasta el 25 de agosto. Lo mismo podrán hacer las bancadas con las que me reuniré en los próximos días.

LEALTAD. Luis Galarreta manifiesta que el liderazgo de Fuerza Popular recae en Keiko Fujimori. (Luis Centurión)

¿Qué espera lograr?
Me reuniré con todos los integrantes de cada uno de los seis grupos parlamentarios y también con los no agrupados que han solicitado una reunión, los recibiré con gusto. Siempre hay espacios donde mejorar las cosas, escucharé sus prioridades, veremos la agenda parlamentaria y plantearé las cosas que me gustaría hacer para conocer cuál es su visión desde su posición política. Para tomar decisiones hay que conversar, pero, sobre todo, escuchar, porque me debo a los 130 parlamentarios.

¿Eso es parte de su nuevo estilo de promover un diálogo cordial e institucional?
Eso forma parte de mi estilo…

Que estuvo escondido en el último año, en el que se caracterizó por su estilo confrontacional…
No es que haya estado escondido. Durante el gobierno aprista –usted recordará que me hizo una entrevista con el titular: “La corrupción se atrinchera en el gobierno”–, yo fui también muy duro, no sé por qué se asombran ahora. Aquí o en cualquier parte del mundo, el látigo, como le llaman al vocero de oposición, es duro en su interna como en su externa. Creo que falta acá mucha cultura política o hacen más ruido del que realmente hay…

Zavala le ha dado el beneficio de la duda. Sin embargo, usted lo calificó como una “especie de montesinito”. ¿Sigue pensando lo mismo?
Puede haber habido una frase inoportuna en el calor del debate. Eso lo conversé con Fernando Zavala en su momento. Probablemente la adjetividad no fue lo mejor. Mi crítica iba a algo que es real y que lo han dicho varios periodistas y medios: que hay un center contratado de redes sociales desde el cual se ataca a la oposición. Como demócrata, me preocupa el uso de redes para atacar a la oposición, pero hoy les corresponde a los voceros de las seis bancadas hacer la fiscalización. A mí me corresponde administrar ese control político como presidente del Congreso.

¿Le dará Ud. una tregua al gobierno?
No hay minuto ni un segundo en que un parlamentario pueda renunciar a su obligación constitucional de hacer control político. A mí ya no me toca ser el abanderado del cuestionamiento ni del control político, pero ni mi bancada ni ninguna otra debería renunciar a ejercerlo, y eso no quiere decir que el Parlamento no deje trabajar al Ejecutivo. Este Congreso le ha dado todas las facilidades: le delegó facultades, aprobó el presupuesto, dio normas para la reconstrucción. ¿Cree que el Partido Popular de España podría aprobar un presupuesto con mayoría del PSOE?

¿Cuál es su impresión sobre el gabinete remozado que preside Fernando Zavala?
Como ciudadano y como político, creo que los cambios han quedado muy cortos, pero es un tema del Ejecutivo. Ellos habrán evaluado esa decisión. Si tú tienes un análisis equivocado de lo que en realidad está pasando en tu gestión, en tu entorno, difícilmente vas a tomar las decisiones correctas.

¿En qué otras carteras debieron hacerse los cambios?
Es al presidente de la República a quien le corresponde hacer esos cambios, pero considero que se ha debido evaluar los dos sectores sociales: Educación y Salud, que están muy complicados. El presidente nos habla de la revolución social, pero ha cambiado a la titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social como si este estuviera mal cuando se supone que, según el discurso, está bien. Creo que se ha perdido la oportunidad de, por lo menos, hacer un punto de quiebre en algunos sectores que no están funcionando.

¿Cuál es el mensaje que le da el gobierno al país con la incorporación al gabinete de Fiorella Molinelli, vinculada al caso Chinchero?
No sé qué es lo que quieren decir, pero lo que sí tengo claro –y no estoy juzgando a la persona– es que tienen una lectura equivocada del problema político. Pareciera que el presidente no entiende que el caso Chinchero fue el gran problema que tuvo este gobierno y que le costó dos ministros. Me parece un error político.

Usted ha sido elegido presidente del Congreso como representante de Fuerza Popular y le han recordado sus duras expresiones contra Keiko Fujimori.
Se ha dicho que de antifujimorista he pasado a fujimorista, y yo nunca he sido antifujimorista. He criticado la parte institucional, pero he sido un gran defensor de las reformas de los años 90. Crecí políticamente en Renovación con Rafael Rey, un político honesto e inteligente que defiende su posición. Nosotros consideramos del fujimorismo las cosas buenas, pero también hubo cosas malas. Años después, cuando estuve en el Partido Popular Cristiano, fui el único que entró a la campaña municipal y se me encargó ser vocero de campaña en contra del candidato Álex Kouri…

Conciliador. El titular del Legislativo tendrá una ronda de diálogo con los 129 parlamentarios. (Mario Zapata)

Calificó a Keiko Fujimori como “representante de la mafia”. ¿Cómo entender ese cambio en su postura?
Yo he ido creciendo en el camino y cada vez he ido madurando más. Mi encargo en las elecciones ediles de 2010 era señalar que Kouri era fujimontesinista y apoyar así el avance de Lourdes Flores en la contienda. Lo que se planteó en la estrategia era golpear no solo a Kouri, sino a Keiko Fujimori.

¿Cuál era su convicción política entonces?
Usted me dice qué tanta convicción tenía. Bueno, en el tema de Kouri tenía discrepancias enormes, pero con Keiko jamás las tuve en ese nivel. Después de esa campaña municipal, conocí a Keiko y nos hemos hecho amigos. Ahí conocí su valor y liderazgo. Más allá de la estrategia de campaña, entonces no tenía el conocimiento de ella que tengo ahora. Lo que detestan algunos es que haya tomado la mejor decisión de mi vida política: entrar en las filas de Fuerza Popular bajo el liderazgo de Keiko Fujimori.

¿Qué responde ante las acusaciones de tránsfuga?
Yo milité en Renovación y años después pasé al PPC, son los dos únicos partidos que he integrado. Unidad Nacional fue una coalición, como lo fue Alianza por el Gran Cambio, que postuló a Pedro Pablo Kuczynski, pero nunca fui ‘ppkausa’, como señalan.

Ya en el ámbito parlamentario, los congresistas que renunciaron a la bancada del Frente Amplio reclaman su reconocimiento como bloque. ¿Qué trámite se le dará a ese pedido?
Nos vamos a reunir con los voceros como Mesa Directiva. Definitivamente hay pilares que son inamovibles. Uno de ellos es la institucionalidad y la institucionalidad es fortalecer los partidos, los grupos parlamentarios y el Congreso. Además, hay un reglamento contra el que no podemos ir. Evaluaremos dentro de esos pilares cuál es la solución, pero es evidente, y ellos también lo saben, que el único grupo reconocido es el Frente Amplio, que es el que está inscrito y tiene diez miembros.

En el Congreso anterior se quiso sacar la vuelta a la norma y se crearon los llamados ‘grupos parlamentarios’ que finalmente funcionaban como una bancada. ¿Eso no va a suceder ahora?
Tengo cinco años como asesor parlamentario y 11 como congresista y sé que cuando se crean estos grupos, lo único que se logra son seis votos más para tener una vicepresidencia, negocian, piden más oficinas, más personal, hay más gasto. La voluntad de los electores no fue esa, sino votar por un grupo de 20 congresistas y ese fue el resultado electoral. Yo, por ejemplo, nunca salí de una bancada para irme a otra y los electores que han votado por mí en tres ocasiones me han elegido sabiendo por qué grupo estoy postulando.

Ha habido cuestionamientos a la propuesta de reforma electoral indicando que no se limita la participación de personas con antecedentes de corrupción ni se transparentan los aportes económicos. ¿Va a respaldar eso?
Ninguna persona con corrupción puede participar. Hay allí una información errada, y no me refiero a la prensa, sino a quienes salen a los medios de comunicación y dan esa información. La reforma electoral está entre las prioridades de mi gestión y el congresista Miguel Torres la ha avanzado muy bien, pero es evidente que no es posible hacerla de la noche a la mañana. Por ello, se recogerán los temas que tienen que ver obviamente con corrupción, que es un tema transversal.

Pero hay muchas observaciones a esta propuesta.
La reforma electoral la decidirán los grupos parlamentarios. No es mala una reforma electoral porque hay un organismo X afuera que dice que no se han recogido los puntos que quería. Los representantes del país son los señores congresistas y ellos deciden finalmente cuáles son las reformas que toman o no toman. El compromiso de la Mesa Directiva es que va a haber prioridad para ese tema y vamos a coordinar con la Comisión de Constitución para ir sacando los temas. No se puede, como ha dicho el ex presidente de la comisión, sacar todo en un paquete; iremos avanzando por partes.

Apunte. “La disculpa del presidente es un punto a favor”, dice. (César Campos)

¿Podría haber sesiones extraordinarias, dado que estamos ad portas de un proceso electoral a nivel municipal y regional?
Sí, sobre todo para abordar los temas que tienen que ver con el proceso electoral que se avecina. Esos temas van a salir con la prioridad que corresponde.

La elección del nuevo miembro del Tribunal Constitucional fue un compromiso de la anterior Mesa que no llegó a cumplirse. ¿Cómo se va a manejar ese tema?
La verdad es que faltó un poco en las coordinaciones, pero espero que sea lo más pronto posible. En las reuniones que tendré próximamente con las bancadas, hablaré también con los portavoces sobre este tema. Avanzamos bastante con la gestión anterior de Luz Salgado en la elección del defensor y el nombramiento de los miembros del Banco Central de Reserva. Espero que mi experiencia como vocero me permita articular y coordinar con todos los voceros algunos temas, entre ellos la elección del magistrado del TC.

¿La elección podría definirse en esta primera legislatura?
Sí, claro, antes de diciembre de todas maneras. Estoy tratando de que así sea.

El país enfrenta una situación de convulsión social en diferentes partes del país con bloqueo de carreteras, toma de aeropuertos, marchas y paralizaciones. ¿Cómo ve la respuesta del gobierno?
Hay todavía muchos errores en el gobierno. El nefasto gobierno anterior se abocó a cuatro grandes proyectos y los cuatro ya sabemos que fueron mal hechos, pero hay otros que generarán más trabajo y que no los están haciendo y que hay que ver dónde están entrampados. Creo que hay una falta de norte claro sobre políticas públicas sociales y eso es lo que lleva a la convulsión social. Por eso, creo que en el análisis del recambio (ministerial) ha habido, desde mi punto de vista, una visión equivocada.


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