Fernando Cillóniz,Al.Mercado
Hacer agricultura en la Sierra de nuestro país es bien bravo. Es verdad que la altura es menos plagosa que la Costa, pero, comparada con esta, los Andes presentan una serie de desventajas insalvables. Las distancias a los mercados y la limitada infraestructura de transporte restan competitividad y atractivo, y el clima y la topografía agregan una buena dosis de riesgo. Además, los rendimientos productivos en la altura –inclusive en cultivos nativos como la quinua– son significativamente menores que los que se logran en la Costa. Entonces, ¿qué hacer? Pues, como dirían los marketeros… diferenciarse. Ahora que la quinua ha pegado en la Costa, la quinua de la Sierra debe valorar su origen serrano, y diferenciarse de la quinua costera a través de su origen ancestral, su mayor valor nutricional y su pureza natural. Por ahí va la salida para la difícil agricultura serrana.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.