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Opinión

Algunos analistas están encontrando similitudes entre los primeros dos años de gobierno del presidente Toledo y el actual: ausencia de liderazgo para poner una agenda de gobierno, impericia política, pobre capacidad de gestión pública, conflictos que son hitos (‘Arequipazo’ y Conga), familias complicadas, pero con un manejo serio y profesional de la economía y de algunos sectores.

Gianfranco Castagnola,Al.Mercado
gcastagnola@peru21.com

Algunos analistas están encontrando similitudes entre los primeros dos años de gobierno del presidente Toledo y el actual: ausencia de liderazgo para poner una agenda de gobierno, impericia política, pobre capacidad de gestión pública, conflictos que son hitos (‘Arequipazo’ y Conga), familias complicadas, pero con un manejo serio y profesional de la economía y de algunos sectores. Hay diferencias: el de Toledo tuvo un entorno económico desfavorable en sus inicios, una oposición mucho más dura que la actual y elevadas expectativas de la población, todo agravado por el estilo del propio presidente, frívolo y despreocupado. El gobierno de Humala ‘la tiene más fácil’ y tiene más recursos (el presupuesto 2013 será 140% mayor que el de Toledo en 2003). Ojalá que en 2016 podamos juzgar su mandato como uno que, además de no llevarnos al descalabro, superó la mediocridad inicial y pudo aprovechar la oportunidad de hacer un buen gobierno.


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