Fernando Maestre,Opina.21
fmaestre@peru21.com
Es inevitable que las parejas tengan desencuentros. Estos estados críticos suelen conducir al alisamiento, distanciamiento y hasta a quitarse el habla. Hay quienes creen que las cosas mejorarán si ambos –superando las distancias–, deciden tener sexo, aun sin ganas, para superar los enojos. Esto es un mito que no necesariamente funciona; por el contrario, no da resultados porque ambos saben que buscan un encuentro que no es auténtico ni producto del deseo ni del corazón sino un acto para conciliar la paz, paz que solo se logrará si ambos se han perdonado y están nuevamente bien emocionalmente. Es cierto: es necesario que regrese la paz, pero el precio no es la excitación ni el orgasmo. La reconciliación debe intentarse, primero, mediante el diálogo; luego, perdonándose mutuamente los excesos cometidos para, finalmente, dar paso a la luz celestial que une parejas: el amor. Si sientes que está brotando el amor luego de una pelea es que ya la reparación está lograda. Solo falta que surja el diálogo sobre cosas ajenas al pleito. Es ahí cuando los besos y caricias deben aparecer para que la unión sea auténtica.
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