José Luis Martinat,Artista plástico
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
José Luis Martinat tiene un hermano mellizo, José Carlos, quien también se dedica al arte. Instalado hace varios años en Suecia, vuelve a Lima para exponer Nosotros/Ellos, un conjunto de tres videos en los que ha intervenido dibujos animados –como Los Picapiedra, El Hombre Araña y Bugs Bunny– con el fin de darles una nueva lectura, que es política, que es iconoclasta.
Tu hermano mellizo, José Carlos, también es artista…
Él entró a este mundo antes. Yo estudiaba Administración, pero no estaba contento. Me metí a unos cursos en el Museo de Arte de Lima (MALI) y me enganché, me hice amigo de los profesores. Al poco tiempo conocí a la que hoy es la madre de mi hijo y, como ella estudiaba Arte en Suecia, me fui con ella allá a estudiar Fotografía.
¿Qué encontraste en Suecia?
Era un mundo diferente, incluso el sistema de escuelas era distinto, con mucha libertad. No había especialidades llamadas ‘Escultura’, ‘Fotografía’, ‘Pintura’. Allí todos estudiábamos ‘Fine Arts’; todos aplicábamos nuestros conceptos, y la técnica era un elemento secundario. Había muchos recursos, uno pedía algo y te lo daban, uno podía estar en la escuela las 24 horas del día, como jugando en un parque de diversiones, por eso sentí que estaba en un lugar donde podía experimentar y hacer lo que me diera la gana. Es más, ni siquiera tomaba cursos de teoría porque sólo quería hacer, producir; mi rebeldía estaba en zurrarme en la teoría.
El papel, los pinceles, las telas, ¿no te atrajeron nunca?
Nunca. Yo empecé con la fotografía, pero nunca me interesó ser fotógrafo, solo la usaba porque era un medio que tenía a la mano y podía utilizarlo. En realidad, me interesa más la idea que la técnica. Después me metí al video, que me gustó aún más. La escuela te da la base, pero uno aprende más con el proceso. Igual, la escuela te marca, y tanto lo hizo que, por ejemplo, no soy pintor (ríe).
¿Qué sentiste cuando hallaste el video?
Me sentí muy cómodo. Eso de jugar con las imágenes y el sonido me pareció una combinación muy fuerte, pero, eso sí, con cada trabajo que hacía quería hacer algo nuevo porque tampoco quería presentarme como ‘videoartista’. Siempre he tratado de retarme, de probar diferentes medios. Quizás sea una manera de negarme para, así, hacer cosas distintas. Por ejemplo, en algún momento dejé el video y empecé a hacer instalaciones, a trabajar con objetos.
Con la crisis europea, ¿uno puede sobrevivir siendo artista?
Hay muchos fondos de apoyo al arte. Yo he tenido la suerte de obtener varios, y con ellos he sobrevivido. Lo peligroso de estos fondos es que, además de no ser eternos, te pueden relajar, pues uno no necesita vender alguna de nuestras piezas para sobrevivir.
¿Cuánto nos ha ayudado la tecnología –al ponernos en contacto con el mundo– a dejar el provincianismo cultural?
Bueno, la verdad es que, en Europa, uno puede mover su trabajo muy fácilmente y desde un solo lugar. Es más, Nosotros/Ellos la pude manejar a la distancia (ríe). Y, claro, gracias a la computadora, uno puede ver los trabajos que se hacen en diversos lugares del mundo. Muchas veces están en un nivel paralelo, similar al nuestro.
¿Cómo evitas la copia, la repetición? ¿Cómo ser original?
Es bien difícil, pero cuando hago un proyecto investigo quién ha realizado algo similar porque, la verdad, casi todo está hecho. A mí mismo me ha pasado que hago algo y, luego, noto que hay cosas muy parecidas o que mi trabajo guarda vínculos con algunos que se hacen en otras partes del mundo. Por eso, lo importante es el proceso.
¿La idea es el arte?
(Piensa). Sí, depende. ¿La idea es el arte? También puede ser arte una intuición. El arte es el contenido.
Hay artistas, como Fernando de Szyszlo, que dicen que las instalaciones no son arte…
Leí lo que declaró hace poco. Es un artista tan tradicional, tan mayor, con un pensamiento tan cerrado, que no le doy ni dos segundos de mi tiempo, no le doy importancia.
¿Trabajos como el tuyo tienen que demostrar que son arte?
Ese tipo de cuestionamientos no me parece relevante. Ya se discutieron tanto que para qué volver a hacerlo. Además, como me fui hace mucho, mi contacto con la escena artística no es tan grande, pero se está intensificando.
Nosotros/Ellos consta de tres videos…
Y de tres esculturas. Son animaciones hechas en video. He intervenido dibujos animados creados en Estados Unidos, dibujos que han sido constantemente expuestos en nuestras pantallas durante los últimos 40 años. Les he quitado personajes y sonido y, así, he alterado su narrativa y su significado y he establecido nuevas lecturas, por ejemplo, del poder y sus mecanismos de acción. Esto quizás nos aturda porque, al fin y al cabo, las imágenes pertenecen a dibujos animados con los que crecimos.
AUTOFICHA
- Nací en Lima. Estudié Administración en la U. de Lima. El arte apareció un poco tarde, a partir de lo que hacía mi hermano, José Carlos, quien también es artista.
- Seguí algunos talleres de arte en el MALI. Luego conocí a la mamá de mi hijo y, con ella, me fui a vivir a Estocolmo, a estudiar Arte y Fotografía.
- Entre el trabajo de mi hermano y el mío hay algunos puntos de encuentro, pero somos distintos. Para empezar, él es autodidacta y yo sí he pasado por una escuela.
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