Fritz Du Bois,La opinión del director
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Empecemos con Ollanta Humala, quien está mostrando síntomas de que el soroche lo ha afectado dada la altura a la que ha llegado en el nivel de aprobación. Por ello está cometiendo equivocaciones que, de continuar, lo retornarán al llano. La última fue irse con su familia a la Antártida, de vacaciones, en lugar de ir a Arequipa, luego del diluvio que la ha afectado. Realmente desacertado.
Más aun, ha contagiado de soroche a sus partidarios. Así tenemos que el expresidente del Congreso ha expresado que le parece razonable que no suspenda sus vacaciones debido a que no hubo un terremoto con cientos de muertos o miles de damnificados, por lo que ya estamos enterados de la magnitud requerida en un desastre por los oficialistas para aspirar al privilegio de una visita del mandatario. Dado que el costo de verlo se ha fijado tan alto, estoy seguro de que la enorme mayoría de peruanos estará aliviada de que él siga alejado.
Por otro lado, el simulacro del voto por la revocatoria de la alcaldesa Villarán, que hace pocos días publicamos, ha tenido un efecto desproporcionado. Por el lado de los revocadores, estos tuvieron una reacción de callejón y acusaron al encuestador de haber sido sobornado, con lo cual, en realidad, estaban tratando de culparlo por la incapacidad que ellos vienen demostrando para armar una campaña y convencer al ciudadano.
Mientras que en el campo del No, al saber que no estaban perdiendo por goleada, les afloró la arrogancia y se están zurrando en las disposiciones del Jurado. Es realmente un escándalo que se nieguen abiertamente a informar quién los está financiando. A todo esto, ¿qué hacen las autoridades electorales ante ese desacato? Nada, deben de estar fotografiando pingüinos con nuestro mandatario.
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