Las alternativas a la hora de jugar en la intimidad no tienen límites. Desde poses peculiares hasta artefactos cada vez más sofisticados, las parejas prueban de todo para experimentar. En tal sentido, hay que mencionar algo interesante: la comida. En Internet, seguramente, encontrará artículos que hablan sobre el uso de alimentos como parte de los juegos previos. Digamos, convertir la espalda del ser amado en una tabla para poner sushi o bañar las zonas erógenas con fudge y crema chantilly y pensar que se trata de postres. En teoría, suena divertido. Sin embargo, llevarlo a la práctica no es precisamente glamoroso. No nos referimos solo al hecho de tener que lavar las sábanas después del encuentro, sino de aspectos vinculados a la salud. De hecho, hay que tener cuidado cuando la comida entre en contacto con el cuerpo, sobre todo cuando hablamos de genitales. En el caso de la mujer, especialmente, esto puede ocasionar algún tipo de complicación, desde irritaciones hasta infecciones urinarias. Es preferible no jugar con comida en estas áreas.
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