Fernando Cillóniz,Al.Mercado
fcilloniz@peru21.com
Al contrario, yo recomendaría a todo el mundo aprovechar la temporada, y comer mucho pepino dulce de Cañete. El problema es que los vendedores de pepinos han empezado a invadir la autopista para vender su fruta. Es increíble, la berma de la más moderna autopista del país está próxima a convertirse en un mercadillo de pepinos. ¿Y la policía de carreteras? Bien, gracias. ¿Dónde está el Ministerio de Transportes? No se oye padre. Estamos fregados. El futuro cercano es predecible. Límite de velocidad a 35 km/hora. Semáforos y rompe muelles. La autopista de Cañete va camino a convertirse en una calle más. Mismo Chincha. Todo por la clamorosa falta de autoridad. Un desastre.
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