22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

Kim Jong-un es un jovencito, al menos para la práctica del poder político, que acaba de darles en la yema del gusto a los paranoicos que gobierna Barack Obama. Hasta ahora, las amenazas contra Estados Unidos se originaban en versiones esotéricas de sus organismos de inteligencia o bien salían de algún discurso sustentado en argumentos más propios de un casino o un circo que de una administración política.

Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com

Así, atacaron Irak; luego Afganistán y, antes, Vietnam. En esta ocasión, alguien de carne y hueso los amenaza realmente y, aunque cotejando fuerzas, dicha amenaza podría provocar hilaridad, lo cierto es que los gringos podrían pasar un mal momento. Mal momento que puede ser buen momento pues la prensa se ocupará de Corea del Norte y los dramas domésticos de USA, que son muchos y graves, pasarán a segundo plano. ¿Recuerdan cuando descubierta la fellatio de Lewinsky a Clinton este mandó bombardear Bagdad para que el bombardeo sustituyera, como noticia, sus exitosos genitales por algunos cientos de muertos en la capital iraquí? Lo que está ocurriendo deja, además, una lección potencialmente aleccionadora: ¡qué importante es contar con un par de bombitas atómicas! Dicha lección, cuyo resultado aún no podemos evaluar en toda su dimensión, debe de estar siendo seguida atentamente por Irán, que podría decidirse a materializar la bomba que aún no tiene y que, según organismos de seguridad de Estados Unidos, tampoco está produciendo. Israel lo sabe y por eso cuenta con 200 cabezas nucleares que parecen no molestar al bélico Occidente de estos inicios del siglo XXI. En suma, el pibe atómico norcoreano no sabe para quién trabaja.


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