Permisos para fiestas

“Mi hijo quiere ir a una fiesta en el sur. No pienso dejarlo ir”, dice Ángela, mamá de un joven de 16 años. “Mi hija ha planeado irse de campamento con sus amigas. ¡Qué se ha creído!”, comenta Lucía, madre de una adolescente de 15 años. “Le he dicho que conversaré con su mamá”, cuenta Alfredo, papá de un chico de 17 años que quiere ir hasta Máncora con sus amigos de colegio.

Situaciones así suelen presentarse en estos días. Hay padres que prefieren no complicarse y toman decisiones casi sin reflexionar: o les dan permiso o, simplemente, no les dan. Sin embargo, muchos papás dudan y se preguntan qué hacer.

Hay que evaluar la situación. Recuerde que son menores de edad y que existen diversos riesgos, tanto en una fiesta al sur de Lima como en un campamento a 300 kilómetros. Un consejo: si el lugar está lejos, es mejor negar el permiso. A menos que los acompañe un adulto.

Si la fiesta es en la ciudad, es preciso establecer reglas para monitorearlos. Los papás deben saber a qué clase de lugar van los hijos, dónde queda y con quiénes van. También deben poner horarios y exigir estar siempre comunicados mediante el celular. Para eso están los mensajes de texto y el WhatsApp. Dar permiso es difícil, pero si uno decide brindarlo debe hacerlo con total responsabilidad.