El cónclave político realizado en Palacio de Gobierno, con motivo del próximo fallo de la Corte de La Haya respecto del diferendo marítimo con Chile, confirmó que varios líderes políticos “se pasan pero no se tragan”, y que las sonrisas y apretones de mano son un mero gesto diplomático que dura tanto como la toma de una fotografía oficial.
Una fotografía como la del lunes en la que –dicho sea de paso– el gran ausente, por voluntad propia, fue el líder aprista Alan García, quien habría expresado su rotunda negativa a “seguirle el jueguito” al presidente Humala. Tan incómodo estuvo el exmandatario que en toda la reunión no tuvo ninguna intervención, y una de las pocas ocasiones en la que se le vio sonreír fue al saludar a Alejandro Toledo, quien –dicen– tuvo que pasarle la voz hasta dos veces antes de ser correspondido. Eso sin contar su actitud displicente con César Acuña a quien, al parecer, el exjefe de Estado no le perdona el arrebato de Trujillo como bastión aprista. “Lo barrió con la mirada”, comentaron algunos testigos.
Pero el locuaz García no fue el único incómodo. Luis Castañeda y Toledo ni se miraron, y la canciller Eda Rivas intentó pasar de largo al ver a Alejandro Aguinaga. José Luna y Jorge del Castillo, en tanto, pasaron su propio vía crucis al ser retenidos en la puerta por personal de seguridad. Al primero porque no lo reconocieron. “¿No saben quién soy yo? Soy el tercer vicepresidente del Congreso”, reclamó Luna indignado. Y al ‘tío George’ porque no estaba en la lista de invitados. Al final, ambos entraron, pero cuentan que fue el dirigente aprista quien, ni corto ni perezoso, intentó desembarcar de su privilegiada ubicación a Luis Bedoya Reyes. La gracia le duró poco. Apenas llegó el líder pepecista, un ujier lo “desalojó” más rápido que volando. Quizás por eso no se le pudo ver en la foto…
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