Fritz Du Bois,La opinión del director
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Tampoco lo es la posibilidad de que un atentado al gasoducto de Camisea termine cancelando en un solo acto el milagro económico peruano, y ese riesgo lo perciben el 87% de los encuestados. Sin embargo, entre los pocos ciudadanos que no están al tanto del peligro que estamos enfrentando se encuentran el premier y los ministros a cargo.
Al menos parece que el presidente ha decidido, finalmente, estar involucrado y se ha reunido con los mandos militares sin que el encargado de la cartera de Defensa sea convocado. Es el equivalente político a pedir una segunda opinión médica, antes de efectuar algún cambio.
En realidad, es evidente que la estrategia de un gabinete para el diálogo ha fracasado. En primer lugar, el objeto de ese giro, los opositores a Conga dirigidos por Santos, desde el inicio les tiraron un portazo.
Así tenemos que luego de una reunión protocolar los emisarios eclesiásticos que enviaron fueron despachados y el gobierno agachó la cabeza ante esa nueva agresión permitiendo que un proyecto de 5 mil millones de dólares de inversión sea indefinidamente congelado.
Luego ha ocurrido lo del VRAEM y no tienen la más mínima idea de cómo reaccionar ante el ataque. Excepto, claro está, negando la sinrazón y culpando de la situación a todo el mundo, desde los gobiernos anteriores hasta los medios de comunicación. Cualquier excusa es buena para desviar la atención de su incapacidad para cumplir con su trabajo.
Al final, Humala tendrá que decidir si sigue con un equipo que no le trae ningún resultado o introduce cambios en la alineación. El hecho es que de las derrotas siempre se culpa al entrenador o, en este caso, al mandatario.
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