Fernando Cillóniz,Al.Mercado
fcilloniz@peru21.com
Gracias al resurgimiento de la agricultura empresarial, el empleo en Ica se ha multiplicado, al extremo que los salarios se han triplicado en el quinquenio pasado, y –lo que es más desafiante– cada vez es más difícil conseguir personas que estén dispuestas a trabajar en el campo y en las numerosas plantas de empaque de frutas y hortalizas. El comercio y la construcción han crecido mucho últimamente, lo cual configura el círculo virtuoso anhelado por todo pueblo, región o país. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. El acuífero de Ica ha bajado de nivel, y las carreteras y vías están atiborradas de camiones y vehículos, producto del crecimiento incesante de la economía iqueña. Si bien es cierto el sector privado ha sido el gran gestor de ese notable dinamismo, el Estado debe hacer lo que le toca: traer agua de cuencas vecinas y mejorar las carreteras iqueñas. Lo demás vendrá del sector privado.
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