Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Primero debemos preguntarnos cuál será el mundo que ellos quieren y podría adelantar que, en ese mundo, no hay lugar para muchos de los que leen esta nota y, en la mayoría de los casos, solo los ricos compartirían su visión y, por supuesto, las grandes corporaciones que pretenden manejar el planeta a su antojo.
En boca del presidente de EE.UU. –o de cualquiera de los anteriores, salvo Carter quizá–, la expresión choca con las inverosímiles aventuras bélicas que los gringos han emprendido: Corea, Vietnam, Camboya, Panamá, Nicaragua, Granada, Irak, Afganistán y una lista que solo esconde lo que sus organismos de inteligencia han podido esconder, incluidas cárceles secretas, golpes de estado, venganzas que hacen ver como pigmeos a los vengadores dioses del Olimpo, vuelos de aviones sin tripulación destinados, teóricamente, a asesinatos selectivos y un ‘etceterón’ si se me permite el neologismo. Avergüenza, a cualquier conciencia que respete la vida, que, salvo algunos países, la gran mayoría guarde silencio con respecto a un posible ataque a Siria. Avergüenza que algunos ciudadanos locales desinformados o alienados aprueben dicho ataque y que sean más los periodistas que silencian este hecho que aquellos que se ocupan de él. Daré un dato para reforzar el ‘andá’: los senadores de EE.UU. que aprueban el ataque son los que reciben mayores ayudas de la industria bélica; los que la rechazan son los que reciben montos menores. ¿Hace falta agregar algo?
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