El viernes, el S&P 500 llegó a los 2,097 puntos, un récord histórico absoluto. El menor costo del petróleo (aunque subió la última semana) y la tregua en la zona de conflicto ruso-ucraniano han contribuido a este renovado optimismo. También ayudó la relativa fortaleza del dólar respecto al euro y muchas otras monedas. No obstante, las condiciones económicas en Europa y en otras regiones del mundo indican que la euforia bursátil en EE.UU. podría calmarse pronto si no se producen cambios en la forma del endeudamiento público de los países desarrollados. Con honrosas excepciones, todos tienen ratios de deuda pública/PBI mayor al 100% y tienen política monetaria de “dinero ultrabarato”, en la lucha contra la deflación. Los excesos fiscales y monetarios siempre terminan en crisis. Ojalá Europa y EE.UU. no estén nuevamente preparando ese terreno.
Luis Felipe Arizmendi
felipearizmendi@gmail.com
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