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"Nuestro museo, el MAC, aumentará el turismo en Lima"

“Soy escultor y, como gestor –y gracias a un esfuerzo compartido–, logramos que el MAC sea realidad, pero quiero ser recordado como artista”, dice Roca Rey.

Foto: David Vexelman.
Foto: David Vexelman.

Álvaro Roca Rey,Director del MAC
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Hoy abre sus puertas el Museo de Arte Contemporáneo de Lima (MAC-Lima), un esfuerzo que les tomó a sus gestores 57 años. Y lo hace con tres muestras: En el ‘Espacio 1’ se presenta Caja 3D/La última cena, intervención de Álex Ángeles y Alfredo Márquez. En el ‘Espacio 2’ va Colección 1, una selección de las mejores obras de la colección del MAC. En el ‘Espacio 3’ se muestra Lima 04, que cuenta con obras de José Carlos Martinat, Juan Javier Salazar, Eliana Otta y otros. Conversamos con Álvaro Roca Rey, su director.

¿Por qué eligió la escultura como vehículo de expresión?
Por satisfacer una pasión. ¿Por qué la madera y el metal? Los materiales se tienen que adaptar a la idea, y no al revés. Yo parto de un concepto bastante ordenado, casi científico: hago un boceto, lo proyecto como lo haría un ingeniero o un arquitecto, estudio sus dimensiones y escojo los materiales que compondrán cada una de sus partes. El esqueleto es el acero; la madera, la piel. Yo tengo un vínculo físico con mis materiales: así como hay personas que salen a correr, yo corro alrededor de mi taller (ríe).

¿Cuánto tiempo el gestor cultural le quita al artista?
Hoy, el 110% de mi tiempo está dedicado al MAC-Lima, pues he estado abocado a abrir esta gran obra. Sin embargo, siempre estuve en ambos terrenos. Mi madre me dijo: “Si quieres ser artista, te voy a poner dos condiciones. La primera, que estudies, que no seas autodidacta. La segunda, después de terminar tu carrera, estudia algo que te dé de comer. No antes, después, porque si estudias antes te va a quitar el entusiasmo del arte y su magia”. Así estudié Museología y, por ello, siempre he tenido un pie en la gestión cultural y otro en el arte.

¿Por qué decidió dedicarle el 110% de su tiempo al MAC?
Porque el MAC se convirtió en una pasión. Lima no tenía un museo contemporáneo, y esto no podía demorar más. El proyecto tomó 57 años: nació en 1955, cuando se fundó el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC). Además, la oposición que hubo hacia el proyecto generó en nosotros cierta adrenalina, pues no podíamos dejar inconcluso algo tan generoso, tan filantrópico. En este sueño estuvo involucrada gente tan valiosa como José María Arguedas. La sensación que tengo es la de ‘tarea cumplida’; el arte en Lima tiene un domicilio, que será una herramienta para que artistas y curadores desarrollen sus proyectos.

¿Ya lograron que el vecino barranquino quiera el proyecto?
Como toda obra humana, tuvo opositores y algunos persisten, pero los que están con nosotros son cada día más. Antes nos costaba obtener donaciones. Hoy, la mayoría nos recibe con los brazos abiertos. Y quiero destacar aportes del BCP, del BBVA y de la UTEC.

¿Qué harán para que el espacio se haga querible, un lugar donde un artista quiera exponer?
Mientras nosotros estemos acá, la línea del museo será la flexibilidad. El MAC es amplio y flexible. Primero, las salas no se llaman ‘salas’, sino ‘espacios’: uno de 100 metros; otro de 200 (para nuestra colección permanente, que irá rotando); el tercero, de mil (para las exposiciones temporales). Segundo, acá van a estar integradas todas las disciplinas artísticas como la arquitectura, el videoarte, los cómics, etcétera.

Bueno, solo así este espacio será ‘contemporáneo’…
Exactamente.

En el IAC, ustedes tenían una colección que hoy resulta moderna y no contemporánea. ¿Cómo harán del MAC algo, en verdad, contemporáneo?
Para no entrar en discusiones semánticas, diré que nuestra colección es contemporánea, pero no actual (ríe). Pusimos todo nuestro esfuerzo en la construcción de este edificio pero, hoy, muchos artistas quieren donarnos obras suyas pues quieren estar presentes en el MAC. Y no estamos aceptando toda –hay un comité de selección–, no porque nos creamos exquisitos, sino porque este museo merece tener lo mejor.

¿Ya tienen fondos para adquirir nuevas obras?
Aún no, pero nos abocaremos a crear un fondo de adquisiciones. Sin embargo, no me preocupa mucho esto porque, como te dije antes, sé que vamos a generar una gran corriente de donaciones de obra peruana y extranjera, porque estar en la colección del MAC va a prestigiar a los artistas. ¿A quién no le gustaría compartir espacio con Matta, Lam, Botero, Soto, Szyszlo, Braun-Vega? Y pronto habrá un Dalí y un Miró.

¿Qué beneficios le genera a Lima un espacio como el MAC?
Muchos. Primero, incrementará el turismo, porque lo primero que hace un viajero es visitar un museo, y no creo que un turista informado deje de visitar el MAC. Segundo, si el arte contemporáneo peruano no se ha desarrollado tanto es porque no tuvo un domicilio, y hoy ya lo tiene. Ahora, es muy difícil cuantificar los beneficios de la cultura, pero todos sabemos que es una gran industria y, sobre todo, nos da autoestima, identidad, historia y unidad.

AUTOFICHA

- En el MAC no tenemos un curador de planta porque queremos convocarlos a todos. Claro, tenemos una encargada de exposiciones, una especialista belga.

- El MAC es el museo de los siglos XX y XXI. Empezamos con exposiciones que den una idea del estado del arte contemporáneo peruano.

- El MAC será sostenible por el aporte de nuestros socios, de nuestros mecenas y por los ingresos propios –cursos, talleres, alquileres– que genere el mismo museo.


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