Lucía de Althaus,Opina.21
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Uno de los temas que sigue preocupando a los padres de niños pequeños son las pataletas. ¡Nada más abrumador y desesperante que tener que lidiar con los frecuentes berrinches de nuestros hijos!
Como justamente ponen a prueba nuestros “nervios”, no siempre pasamos con buena nota. Así, frente a esos gritos descontrolados, o cedemos a sus demandas para que no fastidien más o no nos hagan pasar vergüenzas; o perdemos los papeles y les respondemos con la misma pérdida de control, generando más caos y violencia. Y es a esto a lo que quería llegar: frente a una pataleta no podemos responder con más descontrol ni violencia. Las pataletas son manifestaciones descontroladas de frustración, ya sea por cansancio, irritación, o por la simple frustración de un límite impuesto por el adulto. Su sistema nervioso todavía no puede regular tremenda carga emotiva, y necesita la descarga abrupta de esas emociones. La idea es irles enseñando –poco a poco– a lograr ese autocontrol, siendo modelos –manteniendo la calma– y funcionando como contención emocional: esperar a que se calme (a veces solos, a veces con nuestros abrazos) e intentar luego poner palabras a lo sucedido.
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