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Directora del MALI: "Aún no pensamos en la cultura como inversión"

“El gran problema es que no somos capaces siquiera de reconocer que la segunda fuente de divisas del país es el turismo, que está motivado en su mayor parte por la cultura”, señala Natalia Majluf.

(Percy Ramírez)
(Percy Ramírez)

El MALI acaba de reabrir sus salas de exposición permanente, que reúne 3,000 años de arte peruano, colección que abarca desde el periodo precolombino hasta mediados del siglo XX. Conversamos con Natalia Majluf, la directora del museo, quien ve con optimismo el futuro de la cultura en nuestro país, pero no deja de ser crítica.

Finalmente, Mistura está en Magdalena y el MALI pudo reabrir sus salas.
Como lo habíamos previsto, coincidió Mistura con la reapertura del museo. Pero Lima necesita espacios para ese tipo de eventos que puedan organizarse sin perjuicio de los espacios públicos.

Queda pendiente el debate de la convivencia del MALI con el Parque de la Exposición.
El parque debe tener vida, pero tiene que guardar la calidad de la visita. Es decir, que el visitante tenga un espacio cómodo, que no le resulte hostil y pueda tener servicios y eventos que se hagan guardando respeto por el entorno.

¿Con la reapertura de las salas el MALI va a pedir un mayor cuidado en el uso del parque?
Sí, pero hay ciertas posibilidades de convivencia.

¿Se debe permitir la realización de conciertos en el parque?
No veo por qué no, pero tiene que ser de forma coordinada. Se pueden hacer hasta más cosas, si estuviera bien planificado. Por ejemplo, estamos promoviendo una idea, que se ha conversado con la Municipalidad de Lima, a la cual hemos denominado proyecto de integración peatonal del Centro Histórico, que permita que todas las islas de espacios públicos y áreas verdes situadas entre el Parque de las Aguas y la Alameda de los Descalzos encuentren una forma de integrarse, de forma tal que se potencie el recorrido peatonal, de bicicletas.

¿Cuál es la trascendencia de la reapertura del MALI?
Es un hito. Los visitantes van a descubrir una enorme cantidad de obras, muchas nunca antes vistas. Lo trascendente es que el público haga suyo el museo y se integre a la reflexión sobre el pasado. Además, es un rescate patrimonial. Son obras clave que enriquecen y cuentan historias sobre el arte y la cultura en el Perú. Es una herramienta para la educación, zona de esparcimiento y ancla del turismo.

¿El MALI ya es uno de los principales museos de Latinoamérica?
Sí, definitivamente, tanto por sus colecciones, la calidad de sus instalaciones y su producción, pero hay muchísimo camino por recorrer. Precisamente, estamos por embarcarnos en un nuevo emprendimiento, que es la ampliación al subsuelo hacia la avenida Garcilaso de la Vega, que va a tener nuevas salas de exposición. El terreno ha sido otorgado por la Municipalidad de Lima. Calculo que entre tres y cinco años podrá estar listo.

¿El último error de la Municipalidad de Lima sobre el apellido y nacimiento de Julio Ramón Ribeyro de qué es sintomático?
Fue un descuido imperdonable, pero no hay que sobredimensionar las cosas. Creo que hay una nueva generación que ha tenido una mayor educación, que tiene otras aspiraciones. Y sí, creo que las generaciones mayores que están en el poder subestiman un poco la cultura. Eso está cambiando y seguirá cambiando porque la demanda va estar ahí y el público lo va a exigir.

En el Municipio de Lima parece que no se enteran de eso, ¿no?
Bueno… Yo diría que hay esfuerzos que se están haciendo. El cambio (en la cultura) no va a venir de arriba sino de abajo.

Pero de arriba se tiene que hacer algo.
¡Se tiene que hacer mucho!

¿Y arriba lo están haciendo?
Falta mucho. Está todo por hacer en el campo cultural.

¿Empresas y gobiernos son conscientes de que el aporte de la cultura al país en términos económicos es importante?
No. El gran problema es que no somos capaces siquiera de reconocer que la segunda fuente de divisas del país es el turismo, que está motivado en su mayor parte por la cultura. Aún no pensamos en la cultura como una inversión, y creo que a la clase política y a la empresarial les falta mucho para entender la cultura como factor de desarrollo.

¿Es difícil acercar a la gente a la cultura?
No lo es tanto. El trabajo con los colegios también hará que tengamos nuevas generaciones de niños y jóvenes que ya tengan un acercamiento previo al museo.

¿A la gente le aburre lo cultural?
Muchas veces pensamos que sabemos lo que el público quiere. Es el gran engaño. Nosotros no sabemos lo que el público quiere. Incluso, diría que muchas veces el público no sabe lo que quiere, porque no ha tenido acceso a una diversidad, a una oferta suficientemente rica.

Se subestima a la gente.
Totalmente. Cuando queramos ‘venderle’ algo al público, hay que pensar en lo que uno quisiera. Si trabajamos con ese respeto hacia el público, entonces responderá.

Los tres primeros días, luego de la reinauguración, eran de ingreso libre y ahora ya se cobran 15 soles. Es un reto, ¿no?
Sí. Es lo que cuesta un cine.

¿Pero la gente valora lo mismo el cine que un museo?
Bueno, no lo sé, yo creo que sí. Vamos a ver cómo nos va. Estamos aprendiendo. La semana Edelnor nos permite facilitarle al público el acceso al museo que de otra forma no tendría. Además, tenemos los jueves gratuitos, de 3 p.m. a 7 p.m., y los últimos viernes de cada mes también son gratuitos.

Usted ya tiene 20 años en el MALI y más de 10 como directora. ¿Cuál es su balance?
Estoy muy satisfecha con el trabajo, pero entiendo que nos falta un enorme trecho. Cuando se dio el boom de la gastronomía, se entendió que la industria gastronómica era un factor de desarrollo.

¿Se acerca un boom cultural?
Si lo hacemos bien, en un horizonte de cinco a diez años podemos convertir a Lima en el principal destino de museos de América Latina.

AUTOFICHA

■ “En las reinauguradas salas de exposición permanente del MALI se presentará una colección renovada, con una selección de más de 1,200 obras, escogidas entre las más de 17,000 que alberga el museo”.

■ “La nueva infraestructura tiene 4,500 m2 divididos en 34 salas especializadas, diseñadas por el reconocido arquitecto peruano Emilio Soyer, con altos estándares internacionales”.

■ “Se espera alcanzar 250,000 visitantes en el 2015, por encima de las 170,000 visitas del 2014. El MALI se propone promover la visita de escolares y universitarios a través del desarrollo de proyectos educativos”.

Por Mijail Palacios Yábar (mpalacios@peru21.com)


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