Fritz Du Bois,La opinión del director
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En esa ocasión, el Sr. Pérez Guadalupe afirmó que se habían tratado de emergencias médicas y que el estado de salud del hermano del mandatario había sido motivo de gran preocupación, lo que justificó que lo hubieran trasladado a un hospital para ser tratado.
Ahora sabemos que Antauro salió caminando, sin ninguna dificultad, no requiriendo de una camilla, silla de ruedas o ayuda de ningún tipo. Incluso, llevaba al hombro colgado un maletín conteniendo sus cosas para el fin de semana, despidiéndose muy campante de los guardias, mostrando evidente felicidad y sin señal alguna de sufrir de un malestar. Al retornar, parecía venir de un viaje vacacional sin ninguna señal de haber sufrido de una enfermedad. Era, más bien, la imagen de un parroquiano satisfecho luego de haber descansado.
Con lo cual queda confirmada la sospecha de la complicidad de los encargados del penal para permitirle al líder del ‘Andahuaylazo’ disfrutar de unos días de relajo y tranquilidad. Evidentemente, con las nuevas pruebas que se han aportado, tiene que ser el Congreso el encargado de investigar el caso, ya que los responsables de ese sector en el Ejecutivo están claramente involucrados.
Más aun, es tan grave el hecho de haberle otorgado un tratamiento privilegiado al hermano del mandatario como el que el jefe del INPE haya mentido al país tratando de encubrir lo que realmente había pasado. ¿Qué confianza se le puede tener a un funcionario en un cargo tan alto que miente con tanto desparpajo? Su destitución debería de efectuarse de inmediato y ser el inicio de una profunda reforma –que está demandando a gritos– el sistema penitenciario.
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