Fernando Cillóniz,Al.Mercado
fcilloniz@peru21.com
Peor aún, la cola para los rayos X llegaba hasta la escalera mecánica y, para colmo, había dos: una para vuelos nacionales y otra para internacionales. Sin embargo, lo peor estaba por venir. La cola de Migraciones era de terror y –he ahí el detalle– eran las 9 a.m., hora del cambio de turno. El hecho es que, a las 9 en punto, el oficial de Migraciones que estaba atendiendo mi cola saltó como un resorte y abandonó su puesto de trabajo sin que nadie lo reemplazara, y lo mismo sucedió con varias otras colas. El hecho es que muchos perdieron sus vuelos. Pregunto: ¿Así atiende a los viajeros el mejor aeropuerto de Sudamérica? ¡No me vengan!
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