Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Están ganando la batalla en la medida en que logran convencer de que el mundo es un lugar de competencia, de disputa, en el que tenemos que batirnos unos con otros para ocupar nuestro espacio, por lo demás, siempre incierto. Tenemos que competir entre nosotros por un empleo, por los planes de desempleo, por la seguridad social. Batirnos a muerte por ser incluidos en el reino de los explotados y precarizados, como si esa fuera nuestra utopía de mundo para el futuro”.
No pocos oyentes que llaman a nuestro programa diario en Radio Capital 96.7 FM (Noche abierta, de 9 a 11 p.m.) expresan la visión del mundo que señala Ceceña y que los medios han inculcado. Son muchos los que expresan un punto de vista más crítico pero, me pregunto, si la mayoría silenciosa no ha sido ya invadida y ganada por esta visión trágica de su propia existencia, por esta invitación al conformismo que renueva la visión fatalista que exitosamente ha postergado el desarrollo humano de vastos sectores de la población del planeta. La actitud casi gozosa de aceptarse como ciudadano de segunda categoría por sentirse incluido es una burla atroz a las inmensas potencialidades que encierra cada ser humano más allá de su color de piel, sexo, nacionalidad o cualquier otra característica natural o arbitraria que lo diferencie de los patrones que le otorgan estatus.
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