Matemáticamente, pronto estaremos eliminados del Mundial. Pero la matemática que sí importa es cuánto costará la reconstrucción.
El PBI del Norte (Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad) representa 12% del PBI nacional. En los Niños de 1925, 1983 y 1998, el Norte se contrajo en 11.2% en promedio. Si el PBI del Norte cae 10% este año, la inversión requerida para recuperar lo perdido llegará a US$6 mil millones. Si a ello le sumamos los daños en Áncash y Lima, el costo total estaría entre US$8 a US$10 mil millones. Es decir, lo que tenemos que invertir en la reconstrucción sería de 4% a 5% del PBI nacional.
¿Cómo financiar la reconstrucción? Propongo utilizar US$6 de los US$8 mil millones del Fondo de Estabilización Fiscal, cuyo fin es precisamente asistir al país en emergencias. En segundo lugar, hay que prescindir de los centralistas Panamericanos de Lima, lo cual nos daría US$1,200 millones. La aritmética más elemental nos dice que todos los gastos del Estado se financian del mismo presupuesto global: cada dólar asignado a los Panamericanos es un dólar menos para la reconstrucción. Propongo, además, relajar la meta de déficit fiscal de 2.5% a 3% del PBI durante 2 años. Ese déficit, que podría financiarse con préstamos concesionales, nos daría otros US$2 mil millones.
Es grave error pensar en un zar de la reconstrucción. En el Perú los zares no funcionan: el fiasco de FORSUR, luego del terremoto de 2007, debería ser suficiente ilustración del dispendio, la inefectividad y la probable corrupción que pueden originarse. La idea del zar es que haya una persona que lidere y coordine la reconstrucción con regiones y municipios durante los varios años que tomará el proceso. Esa persona ya existe: es el presidente de la República. Es responsabilidad de PPK asumir directamente el comando de la reconstrucción.
En promedio, le tomó al Norte 10 años recuperarse de los Niños de 1925, 1983 y 1998. Además de inversión en infraestructura, habrá que destinar fondos públicos a la condonación de préstamos a quienes hayan perdido la capacidad de repago y a programas temporales de asistencia social.
Los puentes Huarautambo en Cerro de Pasco y Real en Arequipa, edificados por Pachacútec y los colonizadores en los siglos XV y XVI, resisten incólumes el paso del tiempo y la furia de la naturaleza. Cerca de 200 puentes se han caído en este Niño. La onerosa planta de agua de Huachipa no potabiliza agua.
¿Seremos capaces de hacer que nuestro Estado republicano funcione dos siglos después de la independencia? Nuestros antepasados nos vigilan.
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