En julio de 2014 Kuntur Wasi (KW) ganó la concesión para construir y operar Chinchero durante 40 años. De acuerdo al contrato, KW se obligaba a construir el aeropuerto a su cuenta y riesgo para lo cual debía conseguir financiamiento. El Estado, a cambio, le iba a pagar $265 millones más los intereses del financiamiento una vez que Chinchero estuviera en operación.
El contrato era malo porque: (1) No fijaba el plazo que tenía KW para presentar su propuesta financiera; (2) No especificaba la tasa de interés del financiamiento. Pero el Estado tenía la sartén por el mango pues el contrato le daba entera potestad para rechazar un esquema financiero inconveniente.
Más aún, el acuerdo 1671-491-14 de Ositran de enero de 2014 permitía inferir que la tasa de interés debería de ser alrededor de 9.5%. Con certeza, KW conocía este acuerdo pues el mismo fue publicado en El Peruano y en Proinversión.
En julio de 2016, KW presentó una propuesta financiera leonina pues contemplaba una tasa de interés superior al 22%. Con ello, el Estado no solo tenía que pagar $265 millones por el aeropuerto sino $587 millones en intereses. Como era razonable, en noviembre y enero pasados, el MTC rechazó la propuesta de KW pues esta “generaría perjuicio económico” al Estado.
Sin embargo, como por arte de magia, en febrero se firmó una adenda según la cual KW ya no tendrá que preocuparse de conseguir financiamiento pues el Estado le irá pagando de acuerdo al avance y, además, le dará $40 millones de adelanto, cambiando absolutamente los términos del contrato. Miente quien diga que con la adenda se le ahorra plata al fisco. Lo que la adenda hace es convertir al Estado en el banco de KW a cambio de nada pues mantiene el plazo de 40 años de usufructo del aeropuerto. ¡Un faenón para KW!
Los técnicos de Ositran y su ex presidenta P. Benavente rechazaron, con sólido sustento, la lesiva adenda. Pero, de forma inexplicable, A. Dammert, A. Balbuena y el MEF (que se opone a mejores pensiones policiales y militares) le dieron luz verde. ¿No será la adenda fruto del “lobby” y del amiguismo? ¿Habrá tenido que ver el encuentro en Cade entre S. Piñera, con intereses en KW, y F. Molinelli del MTC? ¿No es sospechoso que los competidores de KW hayan ofrecido $348 y $411 millones por Chinchero? ¿Acaso KW se “tiró al piso” para ganar la buena pro a sabiendas que con la adenda “hacía su agosto”? ¿Fue la adenda un salvavidas financiero a KW?
La adenda de Chinchero convierte un mal contrato en un atentado a las concesiones públicas. La Contraloría debería de declararla lesiva.
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