Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
El permiso llegó tarde. Lo hizo antes Europa con Evo Morales. ¿Qué obtuvieron aparte de la satisfacción adolescente de experimentar su poder? Nada, excepto aumentar nuestra conciencia respecto a su estúpido complejo de superioridad y a su innecesaria prepotencia. El canciller venezolano habló de “una agresión más”. Tiene razón, pero solo vale la pena subrayar, por enésima vez, que EE.U.U y Europa violaron reglas elementales del derecho internacional. Más no podemos hacer. La última de EE.UU. fue negarles la visa a varios integrantes de la comitiva venezolana que asistirían al Foro de Cooperación América del Sur-África, como parte de la Asamblea General de la ONU. Ese tema es viejo, EE.UU. supo ponerles trabas a otros visitantes de la ONU aprovechando que la misma tiene sede en su territorio. Olvida que es imposible concebir un organismo universal con un país anfitrión que se atribuye el derecho de decidir quiénes entran y quiénes no.
En este breve recuento de la estupidez humana no puede faltar el hiperconsumismo, cuyo crecimiento nos lleva a la extinción. Aquí entramos en un callejón sin salida: hace rato sabemos que “llegar a la reducción de emisiones que necesitamos en el mundo desarrollado no es compatible con el crecimiento económico”. Todo indica que las reducciones, en la etapa en que nos encontramos, no solucionan el problema y que hablar de ellas es solo una forma de ocultar la realidad. Bueno pues, seguimos con un discurso que ofrece paliativos y que, al hacerlo, no nos permite desnudar la realidad y verla en su crudísima esencia.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.