Fernando Cillóniz,Al.Mercado
Consecuentemente, su trabajo está inexorablemente vinculado a las aduanas del país, es decir, a la Sunat. Pues bien, he aquí una manifestación catártica recibida a través del Facebook de un joven recién salido de la universidad, y que decidió incursionar en una empresa de importaciones: “odio, aborrezco, detesto, execro, repudio, rechazo y repruebo el maldito procedimiento para el desaduanaje…”. Es evidente, este joven profesional peruano –como miles más de su generación– se empotró contra los excesos burocráticos de la Sunat.
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