Gianfranco Castagnola,Al.Mercado
En la mayoría de países el salario mínimo (SMV) se fija por debajo del 50% del salario medio de la economía, para que su labor redistributiva no impacte en el empleo. El concepto más relevante en debate es que las remuneraciones deben reflejar la productividad. Países con más productividad tienen salarios más altos. El Perú tiene una productividad promedio relativamente baja, y esconde mucha dispersión entre la economía moderna y la de supervivencia. El SMV es relativamente alto: equivale al 100% del ingreso medio. Por eso, decir “subamos el SMV por razones políticas” presupone que el sector moderno de la economía asumirá esa alza, lo cual no es cierto. Los que ganan el SMV laboran en actividades de baja productividad y en pequeñas empresas, donde el empleo ha caído en 7% en el último año. Aumentarlo agravará esa caída y afectará la formalización de esas empresas.
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