El hallazgo de un niño de tiempos prehispánicos forma parte de las evidencias arqueológicas descubiertas por el Ministerio de Cultura en un cementerio inca ubicado en el Complejo Mateo Salado.
Los restos estaban enterrados dentro de un paquete tubular formado por una tela cuyo extremo permanecía cerrado con un tejido de lana. Se ha podido determinar que hubo 26 entierros en un área de solo 10 metros cuadrados.
También se encontró vasijas con influencia norteña (Chimú), un prendedor de hueso –que representaría la cabeza de un cóndor–, ceramios y ornamentos de arcilla en miniatura, entre otros.
Al respecto, la ministra de Cultura, Diana Álvarez-Calderón, dijo que Mateo Salado está en su sexta temporada de trabajos de investigación, recuperación y puesta en valor.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.